CULTURA
aires vanguardistas del oriente

El laboratorio de la mujer futura

La polifacética artista Yayoi Kusama (Japón, 1928) presenta en Buenos Aires una exposición retrospectiva que abarca más de seis décadas de trabajo en las que ha explorado la pintura, el dibujo, la escultura y el cine. Kusama, quien desde 1997 vive recluida en un psiquiátrico de Japón por decisión propia, es una de las intérpretes más radicales del presente. Malba publicará un volumen especial editado en español e inglés.

Variedad temática. La muestra presenta un recorrido exhaustivo a través de más de cien obras creadas entre 1950 y 2013, que incluyen pinturas, trabajos en papel, esculturas, videos, slideshows e insta
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El arte ama la contradicción, pero sólo cuando ésta no se resuelve en una síntesis superadora: la contradicción que insiste. Por ejemplo, lo que se exhibe descaradamente como forma de ocultarse. Por ejemplo, el intento de suicidio como forma de darle sentido al absurdo de haber nacido. En esas contradicciones anida lo sublime cuando se torna inefable: lo que no habla pero encandila con su presencia. Obsesión infinita, la gran retrospectiva de la obra de Yayoi Kusama (Japón, 1928), es la puesta en escena de la contradicción en estado ígneo, cuando el enfrentamiento entre los términos es imposible de resolver, pero esa tensión produce un mundo nuevo. 

La muestra de Kusama ha sido curada por Philip Larratt-Smith y Francis Moris. La muestra abarca la fachada del Malba, la planta baja y el segundo piso: unos cien trabajos fundamentales que permiten un acercamiento intenso a algunas de las obras capitales del arte contemporáneo. A pesar de haber nacido hace 85 años, Kusama es una artista que ha comprendido profundamente la cultura contemporánea.

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La artista japonesa apeló en sus obras de comienzos de los 60 a la serialidad redundante de los objetos industrializados y de las marcas antes de que Andy Warhol crease sus primeras obras apelando a la misma visión. Realizó esculturas blandas antes de que Claes Oldenburg realizara las suyas. Mientras los minimalistas y los pop se enfrentaban, Kusama realizó obras que fueron minimalistas y pop a la vez. Fue Fluxus sin ser Fluxus. Realizó instalaciones que parecen performances y performances que son instalaciones. Se autodefinió como “una adicta al suicidio”, y ha logrado llegar a los 85 años con una de las obras no sólo más consistentes de las últimas décadas, sino con tal cantidad de proyectos innovadores y alucinantes que parecen fruto de una mente juvenil.

En la planta baja se encuentran las pinturas que Kusuma realizó en este último año (parecen conformar fragmentos de una única pintura, cada uno de los cuales repite una serie de formas redondeadas: desde espermatozoides hasta semillas) y la instalación Obliteration Room, que podrá ser intervenida por el público, lo que transformará la imagen de la obra día a día. En la sala 5, la retrospectiva comienza con una secuencia de diapositivas de los 60, en las que se la ve vestida con un kimono recorriendo Nueva York y sus primeras acuarelas, de comienzos de los 50, en las que, buscando su propio lenguaje, la artista japonesa dialoga con el surrealismo: de Miró a Klee, de Jean Arp a André Masson. Inmediatamente se pasa a sus increíbles pinturas de red monocromas, que realizó apenas instalada en Nueva York, a fines de 1958: las Infinity Nets. Luego se exhiben sus esculturas blandas y el registro de sus happenings de 1968. Varias instalaciones y videos completan la muestra: espejos, esculturas de tela, muebles y luces generan ambientes que el espectador debe vivir, no sólo observar.

Kusuma se ha puesto siempre en el centro de su obra. La mayoría de sus trabajos son escenarios que la tienen a ella como protagonista. Es la exhibicionista perfecta: se muestra para desaparecer. Insiste para desistir. Se contradice para afirmarse. Tiene un aire de familia con la obra de Louise Bourgeois. Abusada de niña, con una madre dominadora y un padre lujurioso y ausente, Kusama parece la mujer futura: más allá de la sexualidad normativa; más allá de las definiciones taxativas; más allá de las imposiciones. Como dice Horacio de Hamlet: hay método en su locura. Ella es la medida de su goce.

 


Obsesión infinita

Retrospectiva de Yayoi Kusama
Malba. Av. Figueroa Alcorta 3415
De Jueves a lunes y feriados, de 12 a 20; miércoles, de 12 a 21 (martes cerrado). Entrada general: $ 32