CULTURA
Pesar y despedida

“Era una persona que se alegraba del éxito ajeno”

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La carrera pública de Sergio Renán es conocida y ha sido objeto de numerosas publicaciones. Los que tuvimos el honor de haber gozado de su amistad pudimos conocer algunos aspectos menos evidentes de su singular personalidad. Yo quiero recordar a Sergio como un lector voraz porque nuestra amistad tuvo a la literatura como un eje de nuestra relación. A través de ella salían los comentarios sobre nuestras vidas.

La variedad de lecturas que Sergio combinaba en la misma semana no conocía límites de género ni de estilo. Ficción, ensayo, historia compartían al mismo tiempo su interés. Recuerdo que una tarde le regalé un ensayo de Sergio Woolf titulado Cine y literatura. Una obra apasionante pero de lectura ardua por los abordajes no sólo históricos, sino de lenguaje y estética que realiza el autor. Al mediodía del día siguiente nos volvimos a encontrar y él ya había terminado la lectura. Durante dos horas hablamos de ese libro, que citaba películas que nos habían marcado o sobre las cuales disentíamos. El disenso con Sergio era posible. Atendía las razones de quienes respetaba y, aunque discrepara, nunca tenía una mirada despectiva sobre el punto de vista del otro. Una persona que se alegraba del éxito ajeno, que acompañaba con adolescente alegría los logros de las personas que gozaban de su afecto.
Mi dolor es un abismo porque no sólo pierdo a un amigo querido, sino incluso a quien tengo la extraña certeza de que también me quería.

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*Ex director del Incaa.