Fuerte fue el malestar en un sector de la sociedad cultural local cuando, en una reciente entrevista, María Kodama disparó desde Nueva York duras municiones contra Adolfo Bioy Casares, uno de los más grandes hombres de la literatura argentina. Igualmente graves fueron las acusaciones y réplicas enviadas desde la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
Un grupo de escritores se reunió este miércoles en la SADE para reivindicar el nombre de Bioy Casares tras el reciente ataque de María Kodama, según consignó La Nación.
Hace poco más de una semana, Kodama sorprendió al decir: "Bioy es el Salieri de Borges, que lo consideraba un cobarde". Y al añadir que era "un desecho humano" por revelar en una autobiografía la identidad de sus amantes.
En el mundo literario se debatió si correspondía darle una respuesta a la viuda del escritor, a la que no consideran parte del mundo de las letras, pero finalmente ayer se reunieron los escritores María Esther Vázquez, Alejandro Vaccaro (presidente de la SADE, biógrafo y dueño de la colección privada más grande de Borges), Roberto Alifano (último secretario de Borges), Horacio Salas, Ernesto Fernández Núñez, Nélida Pessagno, Vicente Battista (Carta Abierta), Juano Villafañe y Vlady Kociancich, entre otros.
Todos coincidieron en la necesidad de desagraviar a Bioy Casares, lo que implicaba también rescatar la figura de Borges y distanciarla de las apreciaciones de su viuda. Vaccaro afirmó que "tildarlo de 'desecho humano' y de 'cobarde' es un agravio gratuito e inmerecido a quien transitó con éxito su larga vida literaria, gran parte de ella junto a su amigo Jorge Luis Borges".
A la par, el presidente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, Jorge Reynaldo Vanossi calificó la actitud de Kodama hacia Bioy Casares como "un ataque mezquino de quien carece de toda calidad".
Mientras continuaban las expresiones de disgusto y una notoria sensación de ofuscación, el poeta, narrador y ensayista Roberto Alifano fue quien tal vez se despachó con los comentarios más duros. Alifano, secretario de Borges entre 1974 y 1985, dijo: "Los grandes interlocutores de Borges fueron Bioy y Silvina Ocampo. Con Bioy tuvieron 56 años de amistad y buena parte de la obra de Borges está hecha por los dos. Hasta lo llamó dos días antes de su muerte, desde Ginebra, para despedirse".
"Cuando empezamos a trabajar juntos, él era en realidad el maestro", le contó Borges sobre Bioy a Alifano, según cita La Nación. Y lanzó: "Al querer ofender a Bioy se ofende a Borges. Si Borges aceptó la amistad de un desecho humano y de un cobarde, entonces también lo era Borges. Los muertos no tienen defensa y estas cosas, si se las deja así, se convierten en injurias".
Y si bien todos evitaban pronunciar el nombre de Kodama, Alifano se refirió por último a la asistente de Borges como "una señorita que acompañó a Borges, que fue un poco la enfermera, que tiene intereses económicos y que vive de los derechos de Borges".