Una petición para recuperar los cerca de 10.000 filmes del archivo formado en los 22 años de existencia del Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, en el norte de Italia, fue lanzada hoy por los organizadores del certamen, que temen su deterioro.
Para el chileno Rodrigo Díaz, director del Festival, cofundado con el legendario cineasta argentino Fernando Birri, la cinemateca del concurso, que contiene más de 20 filmes mudos realizados por cineastas latinoamericanos a inicios del siglo XX, "comienza a dañarse y hay que recuperarla urgentemente", aseguró en una charla con la prensa.
El material fílmico incluye copias de cientos de películas que Díaz ha pacientemente reunido para las secciones dedicadas a la historia del continente, desde cine mudo hasta piezas raras y desconocidas realizadas por emigrantes italianos.
"Hay que protegerlas de la humedad y de los cambios de temperatura a los están sometidos", sostiene Díaz.
"El problema mayor lo tenemos con las cintas viejas, porque ahora con los DVD tenemos menos problemas de conservación", admite Díaz, quien recibe cada año entre 400 y 500 filmes de todo el continente latinoamericano.
La cinemateca contiene cintas únicas como el filme mudo La borrachera del tango, realizado en 1919 por un desconocido, y la cinta El límite, de 1931, realizada, escrita, dirigida y actuada por el brasileño Mario Peixoto, considerada una referencia fundamental del cine mudo poético experimental, que mezcla memoria y tiempo.
Díaz, que está negociando con la Cinemateca de Boloña y de Friule, Venecia Giulia un acuerdo para recuperar los filmes más afectados, estima que su archivo constituye una parte clave de su labor para " rescatar la memoria y valorizar la historia del continente en perenne búsqueda y consolidación de su identidad", dijo.
"Pocos festivales en el mundo y ninguno en Europa conjugan cine del presente, presentando para la competición la producción del año en curso, con cine del pasado, gracias a las retrospectivas que proponemos", sostiene.
Pese a la apatía del público de Trieste, cada vez menor, este año el festival presentó retrospectivas importantes, entre ellas una dedicada al conocido maestro chileno Miguel Littin, presente en Trieste.
Durante una semana fueron proyectadas obras de Littin, entre ellas El chacal de Nahueltoro y sobre todo Acta General de Chile, el documental con el cual ilustró desde las entrañas los horrores del régimen del general Augusto Pinochet a pesar de correr riesgos personales como clandestino en su propio país.
En el curso de más de veinte años de existencia, Trieste ha dedicado retrospectivas a cineastas de la talla de Tomás Gutiérrez Alea, Leonardo Favio, Pastor Vega, Jorge Fons, Leopoldo Torre Nielsson y Felipe Cazals y parte de cuyas obras yacen en unos depósitos a merced del tiempo.