CULTURA

Galería de monstruos

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Hasta el sacudón en el cual ingresaron las ciencias sociales en la década de 1970 la historia –en general– sólo podía contarse basada en documentos literarios no ficcionales con firma de autor, narrativas portadoras de un discurso pensado para ser leído por los pares y por la posteridad. De este modo, el escritor singular o colectivo de esta historia no sólo se construía a sí mismo sino al otro excluido conformándose así un elenco de fuentes autorizadas y de sujetos salvados, estigmatizados o desconsiderados para la historia oficial.
En relación con lo histórico las representaciones plásticas debían acompañar la fuente reproduciéndola de modo tan realista y naturalista como fuera posible. Cualquier aporte plástico o gráfico que dialogara con el documento literario o con su propia historia presente podía ser acusado de traicionar o hasta de falsear la historia.

Desde –y contra– este escenario se conforma 200 años de monstruos y maravillas argentinas, que se propone representar sin someterse a la dictadura de la literalidad textual. Sin mansas estampas de acompañamiento sino con imágenes que dialogan con el documento, con los imaginarios contemporáneos originales y con nuestra misma contemporaneidad. No van sólo con, sino más acá y más allá de la fuente marcando una verdadera cercanía e identificación histórica con el lector. Un debate, un reto, como la historia verdadera. Ficciones de lo real, del pasado en el presente y del presente en el pasado con imágenes que se disparan desde la realidad y la metáfora, desde lo ficcional y lo real del texto, desde la objetividad y la subjetividad de sus autores para exponer así un lado invisible para el ojo desnudo, una imagen delatora del inconsciente histórico de nuestra cultura argentina y latinoamericana. Un trabajo de interpretación y no de mero cambio de una voz literaria por otra plástica.

 

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*Del prólogo del libro.