CULTURA
A 25 aos del fallecimiento del escritor

Ginebra, el otro amor de Borges

Cómo fue la relación que el escritor argentino tuvo con la ciudad suiza.Imágenes. Galería de fotos

Última morada. Una prolija y escueta tumba lo alberga en el cementerio de Plainpalais, en su ciudad amada.
| Cedoc

Era un devoto de la tranquilidad de sus lagos y de su geografía pulida y ordenada. La eligió para morir y, sin avisar, no volvió nunca más a la Argentina. Desde allí hizo desalojar a su empleada de toda la vida y se casó, con un poder vía Paraguay, con María Kodama, desde entonces única heredera de su legado.

Pero antes, a principios de 1900, un joven Jorge Luis había vivido en Ginebra con su padre, a quien acompañó por un tratamiento que buscaba curarlo de una ceguera hereditaria hacia la que él se encaminaba, sin saberlo. Estudió y perdió su virginidad, dicen, en un ático con una prostituta.

Al cumplirse los 25 años de su fallecimiento en Ginebra, Jorge Luis Borges es recordado como un devoto de la ciudad suiza, a la que volvía permanentemente. Allí encontró su tumba y una calle ostenta las señas de identidad del autor, mientras que el manuscrito de El Sur, "acaso mi mejor cuento", se exhibe en uno de los museos de la conocida urbe a orillas del lago Leman.

Es fácil adivinar que el apego de Borges por Ginebra abreva en la literatura. Arribó siguiendo a su padre, quien buscaba sanarse de una ceguera hereditaria que el joven incubaba sin saberlo. Entre abril de 1914 y junio de 1918 vivió en una pensión al borde de la vieille ville, bloqueado a causa de la Primera Guerra Mundial del siglo pasado.

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