La Patagonia vendida se sitúa al sur del Sur, justo donde se termina el mundo y empieza el paraíso, en el lugar donde los millonarios del tercer milenio encontraron su lugar.
La Patagonia argentina se convirtió durante la última década en la Meca de los hombres más ricos del planeta, un pequeño grupo de magnates que compraron allí su edén particular. Y que poco a poco van transformando el rincón más olvidado de la Argentina en un gigante barrio privado alambrado por montañas, ríos y estepa. Un destino turístico cada vez más exclusivo. Un enorme depósito de riquezas y bellezas naturales, disponible para quien pueda pagarlo.
¿Qué destino le espera a la Patagonia? ¿Será un mundo fuera del mundo, un país con leyes propias, el refugio de extranjeros ricos y de unos pocos argentinos privilegiados? ¿Será un granero para los que escapen de las ruinas del planeta industrializado? ¿El cofre de los tesoros naturales que terminarán por escasear sobre el suelo terrestre? ¿La reserva de agua dulce para un futuro sin agua?
Gonzalo Sánchez plantea estas preguntas y desarrolla una inquietante investigación que revela a esta nueva Patagonia y a sus protagonistas recién llegados. Douglas Tompkins es “el dueño del agua”; Ted Turner, acumula tierras buscando la trucha perfecta; Joseph Lewis, tiene la llave al lago Escondido; y la familiaBenetton, la mayor propietaria privada de tierras en la Argentina, tropieza con los pobladores originarios mapuches. A través de entrevistas exclusivas con ellos y de un minucioso safari territorial, Sánchez describe el presente y el pasado de un país dentro de la Argentina que siempre estuvo en venta.
Gonzalo Sánchez nació en 1977 en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires. Su labor como periodista comienza en 1998. Trabajó en la primera etapa del diario Perfil y en las revistas Espectador, Claro y Semanario. Estudió Letras en la USAL. En el presente, es redactor de Información General de la revista Noticias y escribe habitualmente para la revista Gatopardo.
Viajó innumerables veces por toda la Patagonia como cronista, pero también como montañista y enamorado de la región, lugar que se convirtió en el eje de sus investigaciones y proyectos periodísticos futuros.