Un nuevo premio internacional, el que otorga la biblioteca de literatura infantil y juvenil más grande del mundo, el White Ravens, fue recibido por un libro de una editorial independiente argentina, Limonero. Se trata de Dentro de una cebra, una historia que sorprende y extraña, en la que un personaje que es pura voz vive dentro de una cebra y por lo tanto, ve el mundo a rayas.
Sus autores, la poeta peruana Micaela Chirif y el ilustrador brasileño Renato Moriconi, hace tiempo que juegan en las ligas mayores de la literatura infantil, con varios premios cada uno en su haber. Invitados al 9° Festival de Literatura Infantil de Buenos Aires para compartir su expertise sobre el maridaje entre poesía, ilustración y narrativa gráfica, comparten, además, su alegría por el reconocimiento de los especialistas a un texto que, según la institución que lo premió, es “hermético y misterioso”, pero que al mismo tiempo es abierto y permite diversas interpretaciones.
La belleza, sabemos, está en el ojo del que mira, así como el punto de vista es el origen de cualquier relato, y la ambigüedad de esta historia reside en que, entre otras cosas, es un relato sobre el punto de vista. Para su autora, que empezó escribiendo poesía, el libro-álbum y la poesía tienen algo muy importante en común y es que ambos formatos nos exponen a distintos tipos de desfase. “A grandes rasgos, en el caso de la poesía el desfase se da al interior del lenguaje mismo; en el caso del libro-álbum se produce en el encuentro entre el lenguaje y la imagen. Eso hace que, tal como ocurre con el poema, haya muchas posibilidades interpretativas, porque finalmente, un libro es siempre de quien lo lee”.
Pero también puede ser leído como un relato sobre el encierro o la sobreprotección. Lo cierto es que el personaje vive adentro de una cebra, un animal de por sí singular que apareció súbitamente después de que su autora tuvo guardada la historia en un cajón por varios años y entonces el libro, para ella, cobró sentido. “Podemos decir que la cebra llegó sola y reclamó su sitio”.
—¿Cómo se construyó este libro? ¿Primero fue el texto y después la ilustración o fue elaborado conjuntamente?
—Primero vino el texto, aseguran ambos autores. El encuentro en una feria literaria en Bogotá fue el origen de este libro que se convirtió en un verdadero diálogo entre imagen y texto, cuenta Renato. “El creó su propia narrativa desde la gráfica y aportó un universo propio. El libro tiene dos autores que han aportado a la narrativa del libro, cada uno desde su propia orilla. Creo que eso lo ha enriquecido”, sostiene Micaela.
La ambigüedad de la historia reside en que es un relato sobre el punto de vista
Una historia ambigua, con personajes poco definidos, ilustrada a dos colores, blanco y negro sobre un fondo naranja, con un final abierto y un excéntrico punto de vista que permite, entre otras cosas, ver a la madre como un rompecabezas, todo lo opuesto a la imagen sublime de maternidad que reciben los pequeños lectores desde la publicidad, el cine o la literatura. “Recuerdo exactamente el momento en el que escribí esa frase porque sentí un leve temblor. Es una de las líneas más personales que he escrito. Tiene que ver con mi propia experiencia como hija y me pareció que estaba bien ponerla ahí”.
—Cuando el texto es ambiguo o los personajes no están bien definidos, como en este caso, ¿la ilustración es una lectura posible del texto, ayuda a aclararlo o acompaña esa ambigüedad?
—A mi modo de ver –dice Renato– la virtud de una obra artística está en la ambigüedad. Una obra que pretende ser muy explícita corre el riesgo de transformarse en un manual didático. El texto de Micaela se presentó para mí con diversas entradas para que pudiese dialogar. Es por eso que llaman a este tipo de libros obra polifónica, porque es un libro construido por diferentes voces. Pero, de ningún modo tuve la intención de cerrar las interpretaciones del texto. Las imágenes no precisan esclarecer lo que el texto dice y las imágenes de este libro pueden crear otras cuestiones, traer nuevas dudas, generar nuevas sombras en vez de traer algo de luz. Dentro de una cebra es un juego de luz y sombra. Entre lo que es revelado y lo que es velado. Es importante dejar sombras, pues es allí, en lo oscuro, donde la gente sueña y crea.
Ilustrar, versificar
Del 15 al 17 de noviembre, con una nutrida programación para todas las edades y talleres para profesionales de la LIJ, este año el Filbita invita a abordar la literatura desde la curiosidad, ese espacio único que comparte la niñez con la investigación científica y la filosofía. Medio centenar de autores argentinos estarán participando de las actividades junto a la española Marta Altés, que dará un taller sobre la creación de personajes; Micaela Chirif, que dará uno sobre cómo ilustrar poesía; mientras que los uruguayos Horacio Cavallo y Matías Acosta intentarán enseñar a versificar una imagen y Renato Moriconi hablará sobre la tensión dramática en la narrativa gráfica. La participación es gratuita, pero el cupo es limitado, por lo que conviene inscribirse en http://www.filba.org.ar/