Samuel Barclay Beckett (1906-1989) fue un novelista, dramaturgo, crítico y poeta irlandés, y uno de los máximos escritores del siglo XX. Su primera obra de teatro, la tragicomedia absurda Esperando a Godot, publicada en 1952 por Editions de Minuit, y estrenada al año siguiente en un pequeño teatro parisino, transformó el lenguaje dramático y consagró una imagen esencial y desencantada de la condición humana. Premio Nobel de Literatura en 1969, Beckett también escribió otras piezas teatrales – como Final de partida (1957), Los días felices (1960) y Play (1963)– que hoy forman parte del repertorio mundial de la dramaturgia moderna. La versión teatral de la novela breve Compañía (1979), estrenada recientemente en Buenos Aires en el teatro-restaurante Hasta Trilce, recupera uno de los últimos escritos de Beckett, posiblemente el más autobiográfico, en el que desarrolla una poética del confinamiento y del encierro del yo a través de un relato fragmentario, angustiante y también irónico.
En la sutil puesta dirigida por Ana Cinkö (también actriz en la versión) y Raúl Zolezzi, quienes han compartido varios trabajos de dirección juntos, la voz del narrador de Compañía se escucha como el de una mujer y en off, envolviendo la escena y marcando las acciones de Cinkö en un espacio particularmente moldeado por la luz cenital y refractada en planchas metálicas ubicadas abajo, en el impresionante foso de la sala teatral de Hasta Trilce. La atmósfera general es fantasmal y onírica, recorrida por proyecciones difusas y videos de luminosidad apagada y fuera de foco. El delgado y entrenado cuerpo de Cinkö se desplaza por lo común sobre una cruz hecha de turba y objetos enterrados, que traza como una encrucijada simbólica en el escenario. Otras veces, atrapada o liberada por la voz en off, patética o asombrada por lo que sucede, se mueve por la periferia del centro escénico, hacia el proscenio (donde mira interrogativamente al público) o se confunde con las imágenes proyectadas sobre el fondo oscuro. Protagonista única del relato, silente, Cinkö consigue transmitir a la platea el drama invisible que penetra en su cuerpo, como un signo vivo múltiple de sentidos.
Cinkö y Zolezzi conforman un desprendimiento del TIT (Taller de Investigaciones Teatrales), que desde 1977 se constituyó como una vanguardia teatral experimental dirigida por Juan Uviedo, actor y director santafesino que en Europa había trabajado con el Living Theatre, Peter Brook y Eugenio Barba. Durante la dictadura militar el TIT funcionó como un grupo teatral que defendía las libertades artísticas y políticas con provocadores montajes. Las obras, en general, eran montajes de una única presentación. Zolezzi formó parte de esta actividad hasta 1982 y luego participó, entre 1984 y 1995, de Detritus Teatro. Posteriormente, ya asociado con Cinkö, vuelven a retomar durante un tiempo el nombre de TIT y presentan obras como El montón o El King, esta última basada en textos de John Berger. En 2014, en el marco de los Premios Podestá, la Asociación Argentina de Actores le entregó una mención especial a este mítico grupo del teatro argentino.