El año 2021 arrancó con una vuelta de página de la industria editorial. Históricamente, los ámbitos culturales, y especialmente el ámbito del libro, han sabido responder a las crisis más profundas que golpearon la puerta en este país. Este año, a pesar de todos los pronósticos, el libro sale a retrucar no solo al covid, sino a los cuatro años anteriores a la pandemia, en los que registraron el comienzo de su crisis. Las editoriales no retacearán grandes cantidades de títulos en sus cronogramas de publicación ni dejarán de lado lo que consideran apuestas. Conscientes de la incertidumbre en donde están parados, los editores a cargo de editoriales grandes, medianas, chicas y recién nacidas consideran que la apuesta es seguir adelante, al menos en su proyección.
Esta respuesta no resulta tan extraña si se tiene en cuenta que, en crisis o no, los editores a la hora de publicar un libro siempre se enfrentan a un diálogo con la incertidumbre. Un título publicado siempre es un desafío y, una vez realizado, los resultados dependen de muchos factores en un escenario cuya constante es la inestabilidad.
El año pasado –que ya podemos llamar “el primer año de esta pandemia”–, la industria tuvo que afrontar grandes modificaciones de la noche a la mañana. Entre otras cosas, tuvo que pisar con convicción, y ya sin dilaciones, el planeta virtual de las redes, el e-commerce, los carritos de ventas en las web, los contenidos digitales y una gran cantidad de formas nuevas para sortear, al menos temporalmente, cierta caída de las cosas.
Se habló mucho sobre la “transformación” de la industria del libro. El cine y la música ya habían tenido su mutación décadas atrás. Sin duda, se pensó: “Finalmente le llegó al libro”. Pero a pesar de todo esto, el libro físico sigue en pie. Si bien se incrementaron apenas las ventas de libros digitales, no son aún lo suficientemente significativas como para pensar un cambio rotundo de formato y de industria. Una vez más, el libro sigue ofreciendo resistencia: las librerías siguen vendiéndolo, las editoriales siguen con sus entusiasmados planes de publicación, y lo más importante: gran parte de los editores consideran que el lector ha vuelto a los libros en medio de tanta perplejidad.
“No te extrañe que Saer se vuelva a leer, porque la gente volvió a leer historias”, dice Ignacio Iraola, director del Grupo Planeta, en diálogo con PERFIL: “Esto tiene que ver con la garra que le pusieron los libreros independientes durante 2020. Hubo casos de romanticismo extremo, como los propios dueños de la librería trayéndote un libro a tu casa. Salieron a poner el pecho en medio del quilombo, y realmente bancaron la industria. El librero independiente tiene una cosa de consejero, de mayor cercanía, y también hay un juego mayor con la ficción y conocimiento de los catálogos y de los fondos (editoriales). La primera enseñanza de esta pandemia es que la gente en el encierro volvió a leer, y la segunda es que la librería de barrio, la librería de cercanía, la librería independiente nos salvó las papas, y también le pegó un cachetazo a la industria, que muchas veces la tenía medio de reojo y no laburábamos tanto con ella”.
En cuanto al balance propio y las proyecciones para este año, Iraola agrega: “Por otro lado, a nosotros en 2020 no nos fue nada mal. Tuvimos que reducir cantidad de títulos y toda la mano. A nivel editorial fue para ponerle un marquito porque nos fue muy bien. Y a nivel rentabilidad, para la empresa también nos fue muy bien, porque tuvimos muchos ahorros. Se ahorró desde la Feria del Libro, que no se hizo, hasta innumerable cantidad de gastos del edificio, que no estuvo funcionando como funciona habitualmente. En Planeta no hubo despidos, se pagaron los sueldos y se pagaron los aguinaldos. Para este año incrementamos la cantidad de títulos a publicar, vamos a estar alrededor de los 250. Nuestra oferta, obvio que vamos a tener de todo como siempre, pero va a estar más centrada de manera exponencial en todo lo que es el libro político, porque es un año muy muy político, y ficción”. En este sentido, el grupo editorial anuncia un ensayo “muy potente y muy personal” de Jorge Fernández Díaz; el primer libro de Carlos Pagni, centrado en el Conurbano; un libro escrito a cuatro manos por Santiago Kovadloff y Héctor Guyot; en la línea de libros político-ficción-humor que hace Pedro Saborido, saldrá un nuevo título: Historia del capitalismo; además: novedades de Pedro Mairal, Camila Sosa Villada, Javier Cercas, y sigue la reposición de Aurora Venturini, títulos sobre temática de género y feminismo, y los Cuentos completos de Lorrie Moore.
Del otro lado del arco, Pablo Gabo Moreno, director de la editorial independiente Caleta Olivia (poesía), cuenta que ellos mismos reforzaron el vínculo con el lector aquel mes en que las librerías estuvieron cerradas en 2020, al comienzo de la cuarentena, y eso los mantuvo a flote. En ese sentido, ambos editores destacan que el trabajo del vínculo personal con el lector es clave: “El año 2020 no fue tan malo porque la pandemia y la consecuencia de librerías cerradas, por lo menos a nosotros, nos generaron establecer un fuerte vínculo con el lector en venta directa, que se tradujo en mucho movimiento, y eso no incidió en la caída de ventas en la primera parte de la pandemia”, y agrega: “En nuestro caso, ideamos un catálogo 2021 con menos títulos, sin reducir el promedio de cada tirada: mil y 4 mil ejemplares, las traducciones, y de esa forma aprovechando la distribución propia, que es más fructífera aunque requiere de mucho trabajo poder llegar a todos los puntos de venta. Aventuramos igual, que 2021 será difícil, y mantener la estructura: una tarea delicada pero no imposible”. Gabo Moreno calcula publicar cerca de diez títulos este año. Entre lo más destacado que anuncia Caleta Olivia, la editorial que se alzó con un best seller de poesía con el libro Tarda en apagarse, de Silvina Giaganti, en 2017, se encuentran: un libro de Juan Desiderio que condensa toda su poesía de los últimos treinta años; un volumen de poemas de Billy Corgan (vocalista de The Smashing Pumpkins), traducidos por Tamara Tenembaum; vuelven con una nueva publicación de Mary Oliver, en esta ocasión El trabajo del sueño, y nuevos títulos de: Carlos Battilana, La lengua en la llanura; Andi Nachon, Dos o tres días de fiesta; y Marina Mariasch, La pequeña compañía.
En el caso de las editoriales medianas, Leonora Djament, directora editorial de Eterna Cadencia Editora, también destaca el punto de apoyo que significa haber podido sobrevivir a 2020: “El año 2021 empieza con mucha incertidumbre sobre el futuro, la pandemia, el mercado interno y externo, la economía del país, pero también con muchas certezas en relación con todo lo que aprendimos, a la fuerza, en 2020. Si la industria editorial siempre fue frágil, con la pandemia aprendimos a recalcular ya no año a año o mes a mes sino semana a semana, día a día, y a inventar recursos y estrategias para salir adelante. Empezamos el año con experiencias a cuesta y con la intención de que las buenas prácticas que surgieron en el sector editorial se consoliden”. Entre los principales títulos anuncian los Ensayos de Lidia Davis, con el que comienzan a configurar una evidente biblioteca de la autora, ya que anteriormente publicaron su libro de relatos Ni puedo ni quiero; una nueva perla de Jorge Consiglio, la novela Sodio; la novela Just Us, de la poeta y ensayista Claudia Rankine, traducida por Cecilia Pavón; una nueva novela de Julia Deck, traducida por Magalí Sequera, y la correspondencia entre Theodor W. Adorno y Walter Benjamin, con dos traductoras (una para cada autor): Laura Carugati y Martina Poluch.
Carlos Díaz, director de Siglo XXI Editores, a la hora de analizar el panorama, subraya que siente que estamos mejor (refiriéndose a la industria) de lo que pudimos esperar o imaginar en algún momento del año pasado: “No hubo despidos, no hubo cierre masivo de librerías, no se rompió la cadena de pagos, o sea, todo más o menos se mantuvo, pero fueron meses muy duros y es un drama a nivel social”. En cuanto a la situación de la editorial, cuenta que tuvieron quizás una experiencia algo atípica: “Terminamos 2020 mejor de lo que esperábamos, y siempre estuvimos preparados para cuando pudiera arrancar una etapa mejor”. Habitualmente publican un poco menos de cincuenta libros al año, pero este año superarán esa marca y llegarán a sesenta ya que se suma mucho de lo que no publicaron en 2020: “No porque pensemos que va a ser un año grandioso, pero el tema es que no podés parar cuando tenés toda una estructura montada, tenés autores que producen. Estamos a veces achicando las tiradas. Estamos bajando en general 500 ejemplares, en algún caso mil, de lo que solíamos publicar. Pero no mucho más que eso”. Entre los principales títulos de este año lanzan: ¿La rebeldía se volvió de derecha?, de Pablo Stefanoni. Este libro habla “sobre esta nueva derecha radical, de cómo está instalando un nuevo sentido común y cómo le está pasando por arriba al progresismo, que se está convirtiendo en un movimiento medio sin muchas herramientas para pensar el presente”, dice Díaz. En la línea de libros sobre política también publicarán La moneda en el aire. Conversaciones sobre el pasado y el presente de la Argentina, con las voces de Pablo Gerchunoff y Roy Hora; y en la biblioteca Beatriz Sarlo sus Clases de literatura argentina, entre otros.
Víctor Malumian, director de Ediciones Godot, considera que los años de Cambiemos fueron más duros que la pandemia: “El macrismo nos enseñó que es imposible planear un año. Desde el palo del libro fue más duro el macrismo que esto. Lo digo porque ya venimos con un ejercicio de tener muy flexibilizado lo que se publica. El plan es ese: ir mes a mes. Es decir, no dejamos de tener libros en traducción que van a estar listos para dentro de cinco meses, por supuesto que seguís trabajando. Creo que dentro del ambiente editorial la reflexión más interesante es que hay que tener cuidado con la gran diferencia cambiaria, es decir, para nosotros se ha hecho muy difícil comprar derechos en el exterior para traducir, cuando Argentina fue en algún momento el gran mercado de traducción de libros, mucho más grande que el de México. Una oferta de 1.500 dólares para nosotros es una fortuna, y para una editorial española es casi nada. Eso va a tener un rol muy importante en cómo se reconfiguren las producciones de Latinoamérica. Para mí la diferencia cambiaria también está relacionada con el aspecto de la pandemia”. Este año, en Godot esperan publicar 15 títulos. El año pasado, de los 15 planificados lograron publicar ocho. Entre los principales anuncios de 2021 están: Hachís, de Walter Benjamin (que se anunció el domingo pasado en este suplemento, con el prólogo de Martín Kohan); Rarezas geográficas, de Olivier Marchon; Silencio, de John Binguenet; y traducirán a nuevo todo Stefan Zweig (comienzan con sus tres novelas más conocidas); Dublineses, de James Joyce, con traducción de Edgardo Scott; y el curioso libro Incandescente, de Anna Levin, sobre cómo nos afectan los distintos tipos de iluminación
A la editorial Azul Francia, que nació hace casi tres años, le tocó una buena parte de su vida publicar en pandemia, la fundadora y directora editorial, Francisca Mauas, dice que su plan es seguir publicando tanto como el año pasado: “Básicamente será la misma estrategia que en 2020, porque si superamos ese año podemos con este que viene. Peor no me lo imagino. Y si es peor, habrá que pensar cosas nuevas. Nosotros en general, las editoriales chicas, dependemos mucho de las presentaciones de libros. Ese evento, ese momento, para nosotros es muy importante. Pero como no hubo, el año pasado tuvimos que vender más con cuentagotas, y armar más estrategias de delivery. Y la verdad es que salió bien. No me puedo quejar”. Tampoco tiene proyectado reducir cantidad de títulos: “Lo que pasa es que lo que nos sostiene a las editoriales chicas es hacer mucha producción. Porque mientras más hacés más vendés. Yo no puedo pensar en hacer menos títulos si me va mal. Sino al revés, porque es una renovación constante, que es lo que a mí me sirve y lo que veo que a las más chicas les funciona también. Que siempre haya actividad, que siempre esté surgiendo uno tras otro. Si te quedás, fuiste”. Entre las principales novedades, anuncia la publicación de las novelas El sonido de las cosas, de Gonzalo Santos; Pasajera en tránsito, de Nuria Rodríguez Cartabia; el libro Diez cuentos cortos, de Juan Barraza; y en poesía, La actualidad de la Bella, de María Evangelina Vázquez.
Por su lado, Gabriela Halac, fundadora y directora editorial de DocumentA/Escénicas, comenta que no ha detenido su plan el año pasado, “y ha sido un gran esfuerzo. La idea para 2021 es también cumplir con todos los compromisos editoriales”. Halac dice que para ella es importante el tema de que no haya eventos presenciales durante la pandemia y quisiera ocuparse en pensar algo que superara el resultado que tuvieron los eventos virtuales de 2020: “Eso es parte de lo que me gustaría hacer, pensar un trabajo de promoción de la lectura de manera mucho más directa”. Entre los próximos lanzamientos, se esperan: Cuerpos liminares, de Ileana Diéguez; Teatro y convulsión, de Rodrigo Parrini (ambos de la coleccción Pensamiento Situado); Nadadores lentos, de Santiago Loza; e Imprenteros, de Lorena Vega.
Más lanzamientos
Penguin Random House: tres obras de teatro completas de Claudia Piñeiro; un nuevo título de Eduardo Sacheri; nuevas novelas de Pablo Ramos, Julián López, Santiago Llach y Mercedes Romero Russo, cuentos de Martín Kohan; La mitad fantasma, una nueva novela de Alan Pauls; La mejor enemiga, de Sergio Olguín, vuelve la periodista-investigadora Verónica Rosenthal, en la cuarta entrega de la serie.
De internacionales: Gambito de dama, de Walter Tevis, la novela que inspiró la serie de Netflix que es furor; Delatora, de Joyce Carol Oates; una nueva novela de Virginie Despentes. Nuevos libros de Nelson Castro, Miguel Wiñazky, Adrián Paenza, Sergio Sinay, y crónicas de Martín Caparrós.
Adriana Hidalgo Editora publicará tres novelas inéditas de Hebe Uhart. María Pía Bouzas y Eduardo Muslip, quienes quedaron a cargo de la revisión de su obra econtraron tres novelas de la autora entre sus papeles. Se publicarán como una trilogía bajo el título: El amor es una cosa extraña. Los títulos de las novelas son: Beni, Leonilda, y El tren que nos lleva, y una novela del ítaloargentino Sebastiano Mauri: Disfruta del problema. En ensayo: Intelecto de amor, de Giorgio Agamben, y Jean Baptiste-Brenet, sobre la poesía en la época de Dante y sobre el deseo del conocimiento y el conocimiento en el deseo; y comenzarán a publicarse las obras completas de Héctor Libertella, con el primer libro de las novelas completas.
Edhasa: Una casa es un cuerpo, de Shruti Swamy; Los últimos, de Monika Helfer, una de las mejores y más premiadas escritoras contemporáneas de lengua alemana. Pececito, de Lisa Brennan-Jobs, memorias de la hija de Steve Jobs. Elegido por el The New York Times como uno de los diez mejores libros del año.
Libros del Zorzal: lanza la Colección Manuel Peyrou, autor muy admirado por Borges y que pasó al olvido; Un minuto y cuarenta y nueve segundos, de Riss (director de Charlie Hebdo).
Paradiso: La conferencia, de Luis Bacigalupo; Una chica normal, de Gaby Blanco; La distorisión de la luz, de Mariana Amato; Donde la vida nos lleva, de José Salem.
Ampersand: Prueba de vestuario, de Victoria Lescano; Historias latentes. Espisodios de la fotografía en América Latina, coordinado por Inés Yujnovsky; Hablar como un libro, de Françoise Waquet.
La Crujía: Cerati, de Damián Tullio (biografía); Conversaciones, de Alejandro Tantanian; Ser jugador de fútbol, de Diego Latorre.
Urano: Cultivo ecológico de cannabis, de José Gallego, La magia de leer en voz alta, de Megan Cox Gurdon.