CULTURA

María Kodama: "Voy a tener que escribir mis memorias"

Dice que ese será el único modo de poner fin a la "falta de justicia" con respecto a todo lo que se ha escrito sobre Borges.

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| EFE
“Voy a tener que escribir mis memorias”. Es el modo que encontró la viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, para evitar que se distorsione la obra del escritor. Así lo aseguró en una entrevista que ofreció en Japón, donde se encuentra celebrando hoy los 10 años de la Asociación Borgeana de ese país.
 
Para Kodama, de 64 años, ese será el único modo de poner fin a “la falta de justicia” con todo lo que se escribe y se ha escrito sobre Borges, y agregó: “Hay gente indignada con la distorsión que se hace con algunas cosas".
 
La viuda del escritor, hija de un arquitecto japonés que se radicó en Buenos Aires, aseguró en una entrevista con la agencia EFE que, por esa misma razón, ella deberá escribir sus memorias, para hablar de Borges desde “un punto de vista personal y sentimental” y retrucar así a los que escribieron sobre él sin siquiera haberlo conocido.
 
María Kodama visita estos días Japón por la celebración del décimo aniversario de la Asociación Borgeana de ese país, que reúne a estudiosos y admiradores del genial escritor argentino y Premio Cervantes en 1980. Ella es, precisamente, la heredera testamentaria de sus obras, y también ha sido en numerosas ocasiones el centro de las críticas del presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Alejandro Vaccaro, y del escritor y ex-secretario de Borges, Roberto Alifano.
 
Vaccaro dijo recientemente que el matrimonio entre Kodama y Borges, en 1986, no fue legal, ya que el escritor argentino aún no estaba divorciado de su anterior esposa, Elsa Astete Millán. No obstante, Kodama afirmó que desde la muerte de Borges, hace 23 años, aceptó "un destino de haber vivido algo único”. Y explicó: “Uno no se da cuenta mientras lo vive, aunque frente a la codicia y envidia de los otros", subrayó.
 
Kodama ha podido revivir estos días los dos viajes que realizó con Borges a través Japón, en los que el escritor, un amante y estudioso de la cultura nipona, vivió de primera mano "cosas que ya conocía intelectualmente", como los ritos sintoístas o la ceremonia del té.
 
La viuda del escritor opinó que existen puntos comunes entre la literatura japonesa y la obra de Borges, al hablar de "lo que no está brutalmente expresado, sino de cosas que se sobreentienden de un modo misterioso". Y explicó: "Las historias sobre Japón que le leía su abuela despertaron su imaginación desde niño y su interés por el país".
 

Kodama acompañó en numerosos viajes a Borges desde mediados de los años 70 por todo el mundo, trabajó con él en traducciones, entre ellas de la obra japonesa "El libro de la almohada" de Sei Shonagon, y convivió como su esposa sus últimos meses de vida hasta su muerte en Ginebra.