CULTURA

Sorpresa a la mexicana

default
default | Cedoc

Ante este panorama, PERFIL les pidió opinión a algunos de los principales escritores mexicanos. A Naief Yehya, ensayista avecindado en Brooklyn especialista en pornografía, cibercultura, seguridad y terrorismo, le parece “una revelación curiosa y particularmente paradójica en un tiempo en que a la mayoría de la intelectualidad mexicana le ha dado por burlarse de todo lo que suene a conspiración, como si fuera muy ingenuo o izquierdoso”. Y profundiza: “Lo que más me llama la atención del episodio es que pone en evidencia que una clase intelectual que optó por tirar la ideología por la ventana como solución existencial al drama que trajo la catástrofe del derrumbe de las izquierdas ha optado por la negación. La noticia no me parece increíble, el único asombro es que a la CIA le preocupara la influencia de los escritores en la cultura de un país donde nadie lee. Bastaba considerar que en las artes gráficas sucedió lo mismo y eso está documentado desde hace décadas”. Para la escritora Vivian Abenshushan, editora en Tumbona Ediciones, “todo parece una novela salida precisamente del Centro Mexicano de Escritores, ¿o no? Desde hace años sabemos que todo es posible (y que todos estamos bajo sospecha)”. Por su parte, Rogelio Villarreal, periodista cultural y editor de la prestigiosa revista Replicante, opina que “es un tema que requiere de mayor investigación. Desde luego, pudo haber pasado. En los 60, Ricardo Garibay recibió una buena cantidad de dinero de Díaz Ordaz para que pudiera dedicarse a eso, a escribir solamente... y escribió lo que quiso”. Ignacio Sánchez Prado, investigador de la Washington University St. Louis sostiene: “Son cosas que tienen tiempo documentadas en círculos académicos. El trabajo de Patrick Iber (que viene de su disertación y saldrá en su libro de Harvard) es el que más profundiza en ello, pero ya había sido sugerido antes por gente como Gerald Martin, Jean Franco y Deborah Cohn. En lo personal, no me parece motivo de tanto escándalo. Había mucho dinero de Estados Unidos y de la URSS en la literatura latinoamericana por el contexto de la Guerra Fría”.