CULTURA
MÚSICA SIN FRONTERAS

Swango, la fusión de jazz, tango y ópera para integrar pueblos

Fabrizio Mocata, compositor italiano, cuenta cómo confluye el arte y la historia para acercar culturas.

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"Swango" llegó en 2018 y unió el swing y el tango adentrándose en la sonoridad tanguera a la que agrega improvisación y una pulsación diferente. | Facebook.

Fabrizio Mocata es el primer italiano invitado a festivales que “han hecho y hacen la historia del tango”, como Medellín, Montevideo, Granada y Valencia, donde participó como músico y compositor, con su piano y sus creaciones, la más reciente, “Swango”, que une jazz, tango y ópera.

Hace un cuarto de siglo, Jorge Luis Borges, en un ciclo de conferencias dedicadas al tango, comentó que “según todos dicen” el nacimiento del 2x4 se ubica en el Buenos Aires, de 1880. Con su prosa, el autor de “El hombre de la esquina rosada” explicaba que el origen del tango se produce “en los mismos lugares en que habría nacido, pocos años después, en jazz en los Estados Unidos, es decir, en las ‘casas malas".

Esta cita de Borges acerca dos mundos que parecen lejanos pero que tienen un fuerte punto en común: las orillas, los márgenes, los lugares “de la tierra, del polvo” en donde los pobres y los inmigrantes intentaban sobrevivir. Periferias urbanas de ayer y de hoy, asentamiento de miles y miles de personas que escapaban y escapan de guerras, persecuciones y miseria.

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En el siglo pasado, la infancia del gran Astor Piazzolla transcurrió en esos “márgenes” de Nueva York, en calles y escuelas que frecuentaban hijos de mafiosos. Una etapa que le hacía decir irónicamente que él no había seguido ese camino porque su padre lo había obligado a estudiar música.

“El jazz, el tango y la ópera son tres géneros que siempre me fascinaron y que me acompañan desde siempre”, comenta el joven Fabrizio Mocata (1977) y agrega que la suya es “una mirada muy amplia, primero haciendo una nueva lectura de las arias de Puccini y de Verdi en proyectos como ‘Puccini Moods’ y ‘Fre the Opera’, después como director artístico del ‘Recital Can Tango’, en el cual el tenor de operístico F. Armiliato quiso rendir homenaje a Carlos Gardel y a Tito Schipa y al Tango Canción”.

Maduro como pianista y compositor, llegó “Swango” en 2018, con el que une el swing y el tango, adentrándose en la sonoridad tanguera a la que agrega improvisación y una pulsación diferente, “una búsqueda a nivel melódico y armónico”. Síntesis, integración, como su historia de vida y de estudio.

“Para mí, el tango fue un descubrimiento musical pero sobre todo humano. Es una música que relata una historia universal”, afirma Mocata y explica que “es necesario ser tango”, aprender a hablar castellano y conocer el lunfardo porque “el tango es compartir un sentimiento”. Mocata no vacila: “El tango acoge diversidades culturales y las hace propias”.

En ese camino de integración, Mocata lanzó “Swango” en Argentina. “Presenté el CD en la Academia Nacional del Tango, todo un honor, pues he sido el primer italiano que ofreció un concierto en esa prestigiosa y simbólica sala”, dice y anticipa que el director de la Academia desea contarlo como huésped en el Festival Mundial del Tango a realizarse en agosto.

Fusiones. En “Swango” hay “un encuentro cultural muy fuerte entre las melodías italianas, la guitarra española, el violín Kletzmer, el bandoneón alemán y acentos rítmicos africanos”, explica el compositor.

“Nací en Sicilia, en el centro del Mediterráneo, y transcurrí mi infancia en Mazara del Vallo, donde una persona de cada cinco proviene de Túnez y de Marruecos”, subraya. “Tenemos una casbah y una mezquita. Nací en la diversidad cultural y creo en la integración. Mi apellido es de origen árabe, Mokarta, integrado en tierra española como Mocata”.

“Para mí, una experiencia personal muy conmovedora fue tocar en Melilla (enclave español en territorio marroquí), en la orilla africana del Mediterráneo, opuesta a la europea en que nací”. Dos orillas, dos miradas y, en la actualidad, un mar que representa esperanza pero suele transformarse en cementerio de los “Nuevos Desaparecidos”, los migrantes que intentan llegar a tierra europea y dejan la vida en el camino.

Así como Piazzola dio al tango la categoría de música ciudadana, Mocata orienta su búsqueda hacia la música internacional ciudadana.

La cantante argentina Sandra Luna, el tenor italiano Fabio Armiliato, y los nombres de Piazzolla, Troilo, Luis Bacalov son algunas de las joyas de las creaciones de Mocata, quien entre sus primados tiene también el de haber sido “el primer italiano que publica en Agua Records, etiqueta líder del tango de hoy”, se enorgullece.

Frente a los muros de intolerancia y racismo, la música crea puentes de integración, desde la inteligencia y, para decirlo con palabras con aroma rioplatense, “desde el alma”.