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A Holan solo lo sostiene su propio deseo de seguir

El vínculo entre el entrenador y el plantel esta roto. Para los referentes es un ciclo cumplido. Ayer le plantearon al técnico cambios tácticos y en la convivencia.

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Todos contra uno. El DT se quedó sin soldados propios en el plantel. | Sergio Piemonte

Cuesta mucho trabajar en equipo. Los egos hacen que no se respete la verticalidad. Siempre hay alguien que conduce y la confusión es peligrosa. Me pasó como ayudante de campo: no estaba cómodo porque sentía que iba a caminar en el filo de la deslealtad. Yo venía acostumbrado a ser entrenador. Lo fui durante 25 años en el hockey... A mí me gusta conducir. Me gusta mandar. Nací para mandar. Y si los que me rodean no lo entienden, no es mi problema”.

La declaración de principios pertenece a Ariel Holan. Fue dicha en el programa partidario La Cocina del Rojo ante la consulta sobre qué había provocado su pelea con el preparador físico Alejandro Kohan, su histórico ladero, quien lo acompañó durante muchos años y se alejó en los días posteriores a la consagración de Independiente en la Copa Sudamericana 2017. Y aunque es del año pasado, sus implicancias son actuales: el entrenador y su estilo de conducción ya no tienen llegada en el plantel de Independiente.

Pablo Pérez hizo público el encuentro de algunos referentes con Héctor “Yoyo” Maldonado, secretario general del club, tras la derrota con Rionegro Aguilas en Colombia. Reconoció que Holan los encaró ayer para preguntarles cuál era el motivo de la reunión y por qué se había filtrado en los medios. Reveló que se plantearon demandas “en lo táctico” y en la “convivencia”, aunque aclaró que “son cosas que se hacen para mejorar, como pasa en cualquier lado”

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Las tensiones se acumularon en los últimos meses y el vínculo DT-jugadores está dañado. Hace tiempo que el rendimiento del equipo se alejó del concepto Compromiso Actitud Intensidad creado por los propios futbolistas en tiempos más felices del ciclo. La falta de feeling se nota en la cancha.

Pero Holan no se quiere ir. Anhela revancha de lo que fue un flojo 2018 y lo que va de 2019. Y está decidido a seguir, contra todo y contra todos. Según pudo averiguar PERFIL, solo dos escenarios lo harían cambiar de idea: una reprobación masiva en el Libertadores de América o una oferta realmente seductora en lo económico y lo deportivo.

El quiebre. La salida de Kohan fue un cisma: disparó otros conflictos y posee efectos todavía latentes. “Teníamos más afecto, éramos más apegados al profe”, reconoció Martín Benítez en aquellos días de diciembre de 2017. Luego Holan comenzó una depuración encubierta de jugadores afines a su ex colaborador que tuvo su emblema en Emmanuel Gigliotti, máximo goleador de la Superliga al momento de su partida. Y chocó contra un problema: los jugadores que eligió para el recambio nunca le respondieron.

En el plantel vieron que al Puma nunca le alcanzó con sus goles para ser inamovible. Y hoy observan que Nicolás Domingo –jugador del riñón de Holan, que lo conocía desde el ciclo de Matías Almeyda en Banfield– no es fija como titular pese a sus buenos rendimientos. Holan, para quien Juan Sánchez Miño (referente y querido por la tribuna) es suplente de Gastón Silva (resistido), dio sobradas muestras de que no tiene soldados propios. Que no bendice a ningún jugador. De hecho, Silva aparece en una lista de supuestos prescindibles que se filtró durante la última semana. También figura Fernando Gaibor, por quien el técnico insistió con firmeza y el club hizo una inversión de US$ 4.200.000.

Sin embargo, el éxodo puede seguir afectando a los referentes. La relación entre Campaña y Holan viene complicada hace tiempo, al punto que el técnico había aprobado su transferencia al Santos en enero pasado, aunque la operación se cayó porque los brasileños no quisieron pagar los US$ 3 millones que pidió el club. Al igual que varios de sus compañeros, el arquero uruguayo sufre un bajón de rendimiento.  

“Esto no es un club de amigos ni una sociedad de fomento. La exigencia es para todos. Para mí como entrenador y para ellos como futbolistas. Puede ser que algún grupo minúsculo pueda estar más o menos de acuerdo con la toma de decisiones, pero es lo que ocurre normalmente”, declaró Holan en la última semana. Los días felices del Maracaná quedaron lejos. Y no parece haber retorno.