Esta vez no hubo hazaña ni mística ganadorta parecida a aquella copera con la que se compara a este ciclo de Ariel Holan. Independiente fue superior a Aldosivi, pero no tuvo ni la claridad ni la precisión para ganar, lo que le hubiese significado tomar el envión definitivo para darle pelea a Boca y no pasó del 0 a 0.
El primer tiempo dejó poco. Aldosivi, aferrado a su obligación de sumar para engrosar el promedio, pero envalentonado por los tres puntos que se trajo de su visita a San Lorenzo, llevó el desarrollo a mitad de cancha para rodear y ahogar el intento de Independiente por llegar al arco de Vega. El Rojo tuvo el control de la pelota, pero los intentos de Rigoni y Meza, encargados de armar juego, eran neutralizados por Yeri y Brum, los hombres que puso Walter Perazzo para coordinar el anticipo y la contención. Por eso no extrañó que las llegadas del Rojo fueran en cuentagotas. Apenas un cabezazo de Gigliotti que desvió el arquero y un par de aproximaciones con tiros de media distancia ejecutados por Sánchez Miño. Aldosivi sólo avisó con un disparo de Yeri.
El complemento empezó con emociones en ambos arcos: primero Nery Domínguez asustó a Vega y en la réplica, los marplatenses tuvieron la apertura con un cabezazo de Miracco que se estrelló en el travesaño. Holan probó con el ingreso de Erviti para aportar claridad en la concepción del juego pero al Rojo le seguía faltando profundidad, básicamente porque Rigoni no encontraba ruta libre para el despegue. Así, los intentos de Independiente se circunscribieron a centros para las cabezas de Gigliotti y Albertengo, reemplazante de Meza.
Y en la que pudo quedarse con la victoria, le falló la suerte o el sentido de la oportunidad que tuvo la semana pasada con Huracán.