A semanas de jurarle amor eterno, River está a punto de mandar a Ortega a Emiratos Arabes Unidos

El futuro de Ariel Ortega esta cada vez más cerca de los Emiratos Arabes, según el deseo del futbolista quien preferiría emigrar del país después de los hechos que sucedieron en los últimos días y de su deteriorada relación con el entrenador Diego Simeone. El futbolista quiere viajar al exterior, a un fútbol menos exigente, para alejarse de la presión que sufre en los últimos meses. Pero todavía debe arreglar su salida de River, que sería a préstamo, además de acordar los últimos detalles con el equipo Al Mir Sports, que fue el que lo tentó.

Viendo que acá, con su familia y River al lado, Ortega no ha podido superar su adicción al acohol, pensar como "solución" un viaje a Emiratos Arabes Unidos es sencillamente infantil. Ortega ya tiene un antecedente del que debería haber aprendido con su tumultuoso paso por Turquía, y en un país tan lejano como EAU, con costumbres diferentes, un fútbol inexistente a nivel global y donde seguramente le sobrará tiempo libre, el panorama no parece alentador. Se trata, simplemente, de una manera de sacárselo de encima. Hace apenas un par de semanas Aguilar negaba ualquier posibilidad de venta "porque Ariel es un ídolo, es parte de River".

Mientras eso se define, lo único que está claro hasta el momento es que Ortega no jugará en River, al menos por el próximo semestre. El entrenador Diego Simeone lo marginó del plantel después de que se ausentara de la práctica del viernes tras haber estado en una disco de la zona de Palermo hasta las primeras horas de la mañana de ese día.

Por ello Ortega le solicitó a la Comisión Directiva millonaria que facilite las cosas para que pueda jugar en el Al Mir Sports, un equipo de los Emiratos Arabes que le acercó una oferta de dos millones de dólares por 10 meses. El club, en tanto, recibiría 500 mil dólares.

Todo parece indicar, entonces, que Ortega jugará en los Emiratos desde agosto hasta mitad de 2009. Sería una salida para el club y para el ídolo millonario, que lejos de los flashes y en un medio menos exigente podrá sumar buenas divisas, pero no escapar a sus fantasmas personales. Esos que no tienen fronteras.