Alemania se clasificó hoy finalista de la Eurocopa 2008 al vencer a Turquía por 3-2 con un agónico gol de Philipp Lahm a los 90 minutos, y el domingo buscará coronarse campeona continental por cuarta vez en la historia.
En el estadio St.Jakob-Park de Basilea se vivió otro dramático capítulo de Austria/Suiza 2008. Los turcos se habían puesto en ventaja con un gol de Ugur Boral a los 22 minutos, pero cuatro después igualó Bastian Schweinsteiger. A los 79' Miroslav Klose puso el 2-1 para Alemania, pero Semih Senturk, a cuatro del final, volvió a dejar todo igualado.
La prórroga parecía un hecho, pero esta vez, a diferencia de lo sucedido en sus tres partidos anteriores, no fue Turquía la que tuvo la última palabra, porque Lahm apareció solo en el rea y disparó al gol justo cuando el cronómetro marcaba los 90 minutos.
Entonces, la fiesta fue toda para Alemania, que vuelve a jugar una final europea 12 años después. La cita será en Viena, el domingo, ante el ganador de la semifinal de este jueves entre España y Rusia en la capital austríaca.
Si Alemania llegaba como favorita por historia y también por contar con su equipo titular casi completo, en el primer tiempo no se notó en absoluto. Desde el primer minuto Turquía salió a jugar con "el cuchillo entre los dientes", y a puro corazón, pero también con fútbol ofensivo e ideas, aprovechó los notorios desacoples de la defensa germana.
En total, el equipo de Fatih Terim -con cuatro variantes con respecto al que venció a Croacia entre suspendidos y lesionados- contó con siete ocasiones claras para marcar, contra apenas dos llegadas de sus rivales en los 45 minutos iniciales.
A los 8 minutos llegó el primer aviso: se equivocó el lateral Philipp Lahm y el portero Jens Lehamann salvó achicando a los pies de Hamit Altintop. Y cinco después Kazin Kazin, con un derechazo, casi rompe el travesaño.
Todo un signo fue la reacción de Lehmann tras esa jugada, reclamando a sus compañeros que pusieran más garra. El mismo Kazin Kazim volvió a sacudir el arco alemán a los 22, pero esta vez, ante la pasividad de la retaguardia alemana, Ugur Boral tomó el rebote. Lehmann amortiguó el remate, pero la pelota se escurrió entre sus piernas y cruzó la línea de gol.
El 1-0 era sobradamente justo, pero Alemania reaccionó rápido e hizo gala de su pragmatismo, repitiendo la fórmula de su gol inicial en cuartos ante Portugal: desborde de Lukas Podolski y llegada al vacío de Bastian Schweinsteiger, que le ganó a la marca de Mehmet Topal y convirtió con la parte exterior de su pie izquierdo.
Turquía no acusó el impacto y siguió con su dominio territorial y del balón. Lehmann resolvió bien un par de tiros libres peligrosos y Alemania sólo llegó una vez más, en una contra fulminante de Podolski que terminó con el remate apenas por sobre el travesaño.
El más que probable "lavado de cabeza" de Joachim Löw a sus dirigidos durante el intervalo pareció dar resultado, porque Alemania salió a jugar con otra actitud y la cancha se empezó a inclinar hacia el arco de Recber Rustu. Así, Klose pudo aprovechar un clamoroso error del arquero y poner el 2-1 con un cabezazo al arco vacío.
Turquía, claro, no dejó de luchar, y Semih, el hombre que hizo un hábito de marcar goles tardíos, aprovechó un centro bajo de Sari para concretar el empate. El árbitro suizo Massimo Busacca estaba cerca de ordenar el tiempo extra cuando Lahm, que no tuvo un buen partido, corrió 40 metros para tirar una pared con Thomas Hitzlsperger y definir con toda la furia.
Alemania le dio así a probar de su propia medicina a Turquía y fue al mismo tiempo fiel a su historia, esa que le manda no rendirse jamás y que la llevó a conquistar épicos triunfos en el pasado.
Fuente: DPA.