El objetivo es el mismo que hace algunas décadas se trazaron países vecinos como Qatar o Emiratos Árabes Unidos: posicionarse en el mundo, abrirse a Occidente y diluir la rigidez de su monarquía absoluta. Arabia Saudita quiere lograr eso, y sabe muy bien que el deporte es un canal ideal –incluso un atajo– para lograrlo.
Dinero para financiar esta idea tiene de sobra: es el principal exportador de petróleo del mundo, y el Estado reconoció en el último año que alcanzó el techo de su producción. En ese contexto, con el valor del crudo en alza –entre varios factores, la guerra en Ucrania disparó el precio a nivel internacional–, la monarquía de Arabia Saudita dio varias pistas de que quiere instalarse como una plaza importante en el concierto del deporte global.
Los millones de dólares con los que el Al Nassr sedujo a Cristiano Ronaldo para que termine su carrera fueron una demostración de poder, pero también una demostración de intenciones: una puerta al futuro. Ronaldo es el primero. Después de él vendrán muchos.
Por eso no resultó extraño que el clásico rival del nuevo equipo del portugues, el Al Hilal, que es conducido técnicamente por Ramón Díaz, prepare una mega oferta para llevarse al capitán de la Selección argentina, Lionel Messi. Desde el conjunto que comanda el riojano buscan seducir al rosarino. Por ello, ya se filtró que el ofrecimiento sería muy superior al que le hicieron a Cristiano, cuyo contrato lo vincula por dos años y medio por 209 millones de dólares.
Al Hilal quiere contrarrestar la llegada de CR7 con el mejor jugador del Mundial Qatar 2022. De acuerdo a lo que informó el medio español Mundo Deportivo, que al ser catalán siempre tiene buena información sobre el Messi y su entorno, la cifra con la que intentarán conquistar a Messi ronda los 300 millones por una temporada. Sí, leyó bien: 300 millones por un año de contrato.
Messi quedará libre el 30 de junio de este año del Paris Saint Germain, y aunque parece tener todo acordado de palabra para seguir en el club parisino, por el momento nada está firmado. Su futuro será una pulseada entre petrodólares: los que provienen de Qatar, dueño del PSG, contra los que llegan desde Arabia, la nueva meca de este negocio llamado fútbol.
La liga saudí –a diferencia de sus países vecinos, con torneos semi profesionales– tiene un buen nivel futbolístico, solo que lejos del radar de las potencias de América o Europa. Al Hilal y Al Nassr, de hecho, conforman el derbi de Riad.
La ventana de oportunidad –y quizás la antesala de la oferta formal– para seducir a Messi se dará el 19 de enero, cuando el capitán del campeón del mundo dispute un partido amistoso contra el Riyadh Season, un equipo conformado por futbolistas de los rivales Al Hilal y Al Nassr, que será dirigido por Marcelo Gallardo.
“Messi acabará en Arabia Saudí y te puedo decir en qué equipo”, dijo esta semana Nasser Al-Attiyah, vigente campeón del Rally Dakar en la categoría autos, y actual líder de la prueba más dura del mundo que se corre en…Arabia Saudita. Al-Attiyah no lo dijo por casualidad: el corredor qatarí es parte de la familia dueña del PSG y pasa buena parte de su año en Barcelona. “Estoy seguro de que en unos meses, unos 3 o 6 meses, algún club de Arabia Saudí también fichará a Messi. Ya lo verás. Y te puedo decir en qué equipo: estoy seguro de que llegará al Al-Hilal”, precisó Al-Attiyah a Mundo Deportivo.
Pero los objetivos del país árabe –27 millones de habitantes y una superficie, a diferencia del pequeño Qatar, superior a la de México– no se quedan en contrataciones estrafalarias como la de Ronaldo o eventualmente Messi. Arabia quiere organizar el Mundial de 2030 sola o acompañada: hay una candidatura en proceso para que esa Copa del Mundo se dispute en Egipto, Grecia y Arabia. El vértice de tres continentes: África, Europa y Asia.
Una curiosidad: competirá contra el país de Messi y el de Ronaldo. Las postulaciones conjuntas de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay y la de España-Portugal. Habrá que ver quién seduce más a los directivos de la FIFA. Qatar 2022 es un antecedente que podría dar alguna pista de lo que pasará.