Allá por abril de 1998, un Diego Latorre cansado de que lo tildaran como responsable del mal momento futbolístico que Boca vivía se despachaba con una frase de antología: "Boca más que un equipo se parece a un cabaret". Poco después, el club de la Ribera comenzaba a transitar un ciclo a puro éxito de la mano de Carlos Bianchi. Pero ello no pudo evitar que la frase de Gambetita quedara instalada en la memoria futbolera, como símbolo de las polémicas e internas que carcomían a los de azul y oro antes de asumir el Virrey.
Hoy, a pocos meses de obtener la institución un nuevo logro internacional con la conquista de la Recopa Sudamericana ante Arsenal, aquel período de gloria boquense iniciado a mediados de 1998 parece tambalear en sus mismos cimientos por un cruce de acusaciones bastante similar al que motivara aquella declaración de Latorre, en este caso debido a la separación del arquero Caranta del equipo titular que conduce Carlos Ischia.
Mientras el jugador no quiere hablar del tema y da a entender que todo pasó por una decisión del técnico, quien no lo contradice tratando de proteger la intimidad del grupo, el propio presidente xeneize, Pedro Pompilio, dejó en claro efectivamente que las cosas ya no son por Brandsen 805 como lo fueron casi siempre en estos últimos años, diciendo que el mismo guardavallas pidió al DT que no lo incluyera en el equipo.
No sólo por eso, sin embargo, este momento de Boca parece muy similar a aquel que el club viviera en 1998 antes de la asunción de Carlos Bianchi. Y es que justamente desde esos tiempos del "cabaret" denunciado por Latorre el equipo auriazul no pasaba a acumular dos derrotas seguidas en La Bombonera por el campeonato local como lo hizo frente a Estudiantes, luego de perder con Tigre por 3-2 el domingo pasado en el mismo escenario y de 12 años sin sufrir traspié alguno recibiendo a los pinchas.
Para encontrar las anteriores caídas consecutivas de los xeneizes en su estadio, en efecto, es necesario remontarse hasta el sábado 28 de febrero de 1998, cuando, por la cuarta fecha del Clausura que finalmente ganaría, el Vélez de Marcelo Bielsa se imponía por 3-2 a un conjunto local que, dirigido por el "Bambino" Veira, formaba con Córdoba; Sergio Castillo (luego Luis Calvo), Bermúdez, Fabbri y Arruabarrena; Solano, Cagna, Riquelme (después Rosada) y Latorre; Barros Schelotto (reemplazado por Caniggia) y Palermo.
Pocos días antes (más precisamente, el domingo 22 de febrero de aquel año), Boca había perdido en La Bombonera nada menos que por 4-0 ante un Platense que tenía como principal figura al volante ofensivo Mauricio Hanuch, autor de dos goles en esa histórica tarde que, junto con la derrota posterior de los auriazules ante Vélez, terminaría conformando aquel doblete nunca reeditado hasta hoy.
Esa increíble goleada, correspondiente a la segunda fecha del campeonato y en la que Alberto Godoy y Spontón marcaron los restantes tantos, fue por otra parte la máxima que los calamares lograron en su historia visitando a los xeneizes, que en ese torneo terminaron sextos en la tabla detrás de Vélez, Lanús, Gimnasia y Esgrima La Plata, Gimnasia y Esgrima de Jujuy y San Lorenzo.
Esta vez, es cierto, entre una y otra caída en La Bombonera los boquenses se dieron el gusto de vencer con una formación juvenil al último campeón de la Copa Libertadores (la Liga Universitaria de Quito) y por 4-0. Pero así y todo, no deja de ser alarmante que por el torneo de la AFA hayan sumado dos derrotas seguidas en su estadio. Especialmente, teniendo en cuenta desde cuándo no las sufrían.
(*) redactor de Perfil.com