Ningún jugador de Boca Juniors se prestó hoy al diálogo con el periodismo tras la finalización de la práctica de fútbol llevada a cabo en Casa Amarilla. En lo que pareció una decisión consensuada entre plantel y cuerpo técnico, el plantel intentó así poner paños fríos a la ola de rumores sobre las peleas internas que no paran de circular tras la derrota contra River, el domingo último.
La situación recordó aquella frase de Alfio Basile, "silenzio stampa", cuando el actual seleccionador era director técnico de Boca y su equipo cayó derrotado por 4 a 1 frente a Arsenal, a pocas fechas de la finalización del torneo Apertura 2005 (el cual, finalmente, iba a adjudicarse).
Leandro Gracián, uno de los futbolistas de más reciente incorporación, se había comprometido, a comienzos de la temporada, a responder en rueda de prensa todos los días jueves y hasta hoy había venido haciéndolo puntualmente, pero esta mañana comunicó, a través de uno de los integrantes del Departamento de Prensa del club, que prefería no hablar.
Jonatan Maidana se excusó amablemente de hacer declaraciones y pidió que se dejen "pasar unos días, hasta la semana que viene. Mejor que hablen los más grandes".
Por su parte, el arquero Mauricio Caranta, quien ayer había realizado interesantes consideraciones, camino hacia su automóvil se mostró profundamente disgustado por ciertas placas que fueron exhibidas por diferentes canales de televisión, en alusión a la situación que se vive en Boca.
"Todos los periodistas son mala leche", apuntó el cordobés, aunque prometió que, desde la semana próxima, continuará con el hábito de prestarse a la requisitoria de la prensa una vez por semana.
Por su parte, el entrenador Miguel Angel Russo mandó a avisar que mañana no se llevará a cabo la habitual conferencia de prensa de los días viernes, con el pretexto de que el próximo fin de semana no habrá actividad oficial.
De todos modos, Russo cumplió hoy con dos entrevistas que ya tenía pautadas con sendos canales de cable.
Fuente: DyN