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DIARIO PERFIL

Boca volvió a demostrar su oficio en el Superclásico

Perdía 1-0 y echaron a Battaglia, pero con dos goles de Dátolo, lo dio vuelta y se quedó con el primer encuentro del año. Galería de imágenes.

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| Telam

Boca demostró, una vez más, la chapa de campeón. Y volvió a escribir otro capítulo más de la paternidad que tiene sobre River. El equipo de Ischia se sobrepuso con inteligencia de ese minuto fatal, cuando se quedó con un jugador menos por la expulsión nada menos que de Battaglia y uno a cero abajo. Al final, con dos de Dátolo, pudo dar vuelta una historia que había empezado a pedir de Pipo.

Anoche hubo, además, algo que volvió a quedar refrendado anoche: no hay lugar de la Argentina en el que un Superclásico pase inadvertido. No importa que el sol de verano abrace a Mar del Plata o que los hinchas tengan que sacudirse de apuro la arena para después ir a la cancha, ni siquiera que en el partido no se disputen puntos que duelan perderlos. El la ley de oro de nuestro fútbol: cuando Boca y River se ven las caras por dos horas sobrevuela la amnesia. Y los hinchas hasta son capaces de olvidarse, como ayer, que juegan el campeón y el último.

Cuestión de imagen. Boca todavía se da lujos: guarda futbolistas porque vive días de opulencia. A contramano, River expone su panel principal ante la necesidad. De arranque, Buonanotte buscó los pies de Viatri para recuperar la pelota, en lo que fue la presentación en sociedad el modelo Gorosito. El técnico sostiene el discurso del respeto por el toque y la rotación. Pero también exige un valor agregado en la marca.

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Otra era la historia de su rival. Sin cuentas pendientes, el equipo dirigido por Ischia hizo los primeros movimientos sin tanta estridencia, salvo por las eléctricas corridas de Mouche. El delantero buscó por las bandas, aunque careció de intérpretes para acompañar sus centros. La escena fue de cuidados hasta los 24 minutos, cuando River rompió la monotonía. Ferrari subió –bien en ese rubro– y su centro aterrizó en la cabeza de Falcao. El gol lo evitó el arquero Ayala, contra un palo.

El déficit de las subidas del lateral derecho de River tenían el costo de liberar su zona defensiva. Por ese costado se filtraban alternadamente Morel, Mouche y Dátolo, y de esta manera Boca tomaba vuelo.

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(*) Desde Mar del Plata.