Cata y diez mas, la estrategia del Vasco

DYN
La Copa, primero e invicto. El torneo local, primero e invicto. Boca regala dicha. Viene de golear a Wanderers en el Centenario, mañana recibe a Chicago y el jueves cierra la primera fase de la Libertadores ante Palestino. Pelea todo. Y no le va nada mal. De todos modos, para el partido de mañana en la Bombonera el entrenador Rodolfo Arruabarrena apuesta al recambio. De los titulares que jugaron el jueves en Uruguay sólo queda el Cata Díaz. Los otros diez son parte de las variantes.
La posible formación contra Chicago, entonces, sería: Guillermo Sara; Gino Peruzzi, Díaz, Marco Torsiglieri, Nicolás Colazo; Marcelo Meli, Federico Bravo, Pablo Pérez; Cristian Pavón, Daniel Osvaldo y Federico Carrizo.
Una duda que puede considerarse es la posibilidad de que vuelva a jugar Lodeiro, que acumularía su tercer encuentro en ocho días, para darle al equipo mayores posibilidades de creación en la salida desde el medio campo. Sin embargo, la alta consideración en que Arruabarrena tiene a Pavón (que por su lesión de principios de año no está en la lista de la Copa) hace suponer que el cordobés tendrá su primer partido oficial como titular y el uruguayo quedará en el banco.
En cuanto al encuentro del jueves ante Palestino por la Libertadores, lo más probable es que Arruabarrena arme un mix entre titulares y suplentes. Entonces, Cata Díaz tendrá descanso y la zaga central probablemente la formarán Juan Cruz Komar y Burdisso.

Hasta julio. El volante Cristian Erbes se perderá el resto del semestre debido a una distensión de ligamento que sufrió el jueves en la rodilla izquierda y recién podría reaparecer en julio, cuando se reanuden las competencias después de la Copa América de Chile. En el partido ante Wanderers de Montevideo por la Copa Libertadores, Erbes sufrió una lesión que le demandará entre seis y ocho semanas de recuperación, por lo que recién volvería a jugar cuando se reanuden tanto el torneo local como la Copa Libertadores. La confirmación del diagnóstico trajo alivio en Boca, ya que en principio se temió una rotura de ligamento cruzado, lo que habría significado una inactividad de unos ocho meses.