LONDRES - Con un golazo agónico de Andrés Iniesta tras pase de Lionel Messi, quien poco y nada bueno había hecho hasta entonces, el Barcelona empató 1-1 con el Chelsea en el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League y se clasificó para la final contra el Manchester United, tras haber empatado 0-0 en la ida como local.
El Barça logró igualar en Stamford Bridge después de ir perdiendo desde el minuto 9, cuando el Chelsea se adelantó con un bombazo desde afuera del área de Michael Essien, y de quedarse con un jugador menos a los 21 minutos del segundo tiempo, por expulsión de su lateral izquierdo Eric Abidal.
El tanto que dio el pase a la final del 27 de mayo en Roma a los hombres de Pep Guardiola llegó en el segundo minuto de descuento, y luego aún hubo tiempo para que los locales reclamaran efusivamente un penal por mano casual de un defensor del Barça tras un córner.
En la final, los blaugranas tendrán enfrente nada menos que al último campeón de la competencia que reúne a los ganadores de las ligas europeas, en el que brilla el ex boquense Carlos Tevez y que este último martes en el Emirates Stadium derrotó por un claro 3-1 al Arsenal tras haberse impuesto en Old Trafford por 1-0.
Ante los "Red Devils", el conjunto catalán intentará reconquistar el trofeo que ganara por segunda y última vez en su historia en 2006 (la primera fue en 1992), mientras que los ingleses buscarán convertirse en el primer equipo que revalida el título desde que el famoso Milan de Arrigo Sacchi lo hiciera en 1990.
El Barcelona parecía dirigirse a la eliminación desde el furibundo zurdazo desde 30 metros con que Essien puso el 1-0, aprovechando un rebote en un jugador visitante para darle de primera y colar la pelota por encima del arquero Valdés. Hasta el milagro del final, el Barça no era el brillante equipo de esta temporada ni concretaba su habitual tenencia del balón, situación en la que parecía influir demasiado la ausencia del francés Thierry Henry.
Tras ser puestos en ventaja por su volante ghanés, los locales se replegaron y el Barcelona fue incapaz de encontrar el camino hacia la valla de Petr Cech en toda la primera mitad, en la que su marcador de punta derecho Dani Alves vio una tarjeta amarilla que le hará perderse la final.
Privada del capitán Carles Puyol, suspendido, y del mexicano Rafael Márquez, lesionado, la defensa blaugrana sufría un verdadero martirio con Drogba torturando a Yaya Touré y Abidal pagando los platos rotos con su expulsión por una dudosa entrada a Nicolas Anelka.
Entonces, ayudado quizá por los dos penales para el Chelsea que no vio el árbitro en los últimos 20 minutos, el Barça se rebeló. Aunque por más que se acercaba con peligro al aérea local, era inofensivo. Hasta que llegó su última carga, Messi dio el pase a Iniesta y el pie derecho del español obró el milagro.
Fuente: AFP.