Con Blanquiceleste, los técnicos duran muy poco

Desde que Racing es gerenciado por una Sociedad Anónima ningún entrenador finalizó su contrato y la mayoría fueron despedidos por Blanquiceleste.

A nivel profesional, el primer entrenador que fue despedido de Racing fue el propio Reinaldo Merlo, a mitad de 2002 -le quedaban seis meses de contrato-, dijeron fuentes del club racinguista. Y fue el ex gerenciador Fernando Marín, hasta lo reconoció públicamente en una entrevista con Télam nueve meses después, quien le pidió al hombre que había salido campeón que se fuera.

A "Mostaza" lo reemplazó Osvaldo Ardiles, pero "Ossie" no soportó la presión de haber sido eliminado injustamente de la Copa Libertadores, en 2003, y renunció, pese a que desde la empresa querían que siguiera al frente del equipo.

En lugar de Ardiles llegó Angel Cappa, pero en diciembre, cuando el ex ayudante de campo de Jorge Valdano en el Real Madrid, entre otros equipos, le pidieron que diera un paso al costado. La empresa se deglutía al segundo entrenador.

Entonces apareció Ubaldo Matildo Fillol. El arquero campeón del mundo en 1978 perdió seis partidos seguidos y negoció con Marín su salida de Racing. Lo tuvieron que indemnizar. Otro despido. El tercero.

Por el "Pato" llegó Guillermo Rivarola, pero cuando las "papas quemaban" lo dejaron solo y no tuvo más remedio que irse. Nadie le pidió que se quedara. La gerenciadora se devoraba otro entrenador.

Y en su lugar llegó Fernando Quiroz, quien era técnico de Instituto y de un día para otro pasó a trabajar en Racing. Pero "Teté" no duró. Sintió que no tenía el apoyo de los jugadores y se fue. Marín, todavía presidente de Blanquiceleste en ese tiempo, trató de que se quedara y no lo logró.

Entonces fue el tiempo de Diego Simeone. Otro despedido. El "Cholo", idolatrado por la gente, se tuvo que ir de Racing porque Fernando De Tomaso, quien reemplazó a Marín en la presidencia de Blanquiceleste, tenía arreglada la vuelta de Merlo.

En el medio de estos entrenadores hubo interinatos que llegaban para quedarse -así anunciaba Marín en esos tiempos-, casos Miguel Colombatti, Emilio Nicolás Commisso o Alberto Fanesi.

Y en las inferiores sucedió en seis años lo mismo que en primera. Se contrató a Miguel Angel Micó como coordinador y lo echaron. Después volvió. Llegó Fanesi con la chapa de su trabajo en Vélez y no duró.

Pero no sólo los entrenadores de los planteles profesionales fueron despedidos, sino que lo mismo sucede en las divisiones inferiores, donde pasaron decenas de técnicos, dejando en claro que no hay un proyecto firme para los juveniles.

Los técnicos de la novena división a la cuarta, cambiaron en seis años al menos dos veces cada una. Así se llega a este presente, con la decisión empresarial de echar a Merlo por segunda vez, y con un futuro, por la posición del equipo en el torneo Clausura, más que negro.