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Paradoja del destino: Ricardo Caruso Lombardi, que salvó a Argentinos del descenso en 2007 y 2013, ayer lo condenó a jugar la próxima temporada en la B Nacional. El Bicho, en realidad, arrancó esta fecha en inferioridad de condiciones. Esto es: debía jugar contra Atlético de Rafaela, allá, de visitante, pero dependía también del resultado de Olimpo-Sarmiento. Ni siquiera un triunfo le aseguraba a Argentinos la permanencia. Y fue lo que ocurrió: ganó 2-0 pero descendió.
Ocurrió que Sarmiento también sumó tres puntos, entonces la victoria del equipo de La Paternal fue inocua. Lo curioso es que al equipo de Junín lo dirige Caruso Lombardi, aquel técnico que salvó dos veces al Bicho.
Este es el quinto descenso de Argentinos. Perdió la categoría en 1939 (a Primera B) y otras cuatro veces a la B Nacional: 1996, 2002, 2014 y 2016.
La gente del Bicho sufrió hasta el final. Arrancó con el entusiasmo ahí arriba: Matías Batallini convirtió a los dos minutos del primer tiempo y provocó cierto entusiasmo. Juan Manuel Cobo, al minuto del segundo, puso el 2-0 y aumentó la esperanza. Para mejor, en Bahía Blanca empataban, lo que provocaría empate en puntos y un partido definitorio.
Sin embargo, todo se derrumbó sobre el final. En tiempo de descuento, cuando el 0-0 parecía irreversible, Renzo Spinaci convirtió para Sarmiento. El golpe fue letal. Irremediable. No había tiempo ni para pensar en un milagro. Ni rezo que devolviera la esperanza. Argentinos cayó en Santa Fe por un gol que se convirtió en Bahía Blanca.
Para Argentinos vienen tiempos de introspección. De parar la pelota y pensar en un regreso más sólido.