DEPORTES
el futbol en chile

Del lado de los reclamos

Hinchas y directivos de Colo-colo, la U y Universidad católica se juntan en las manifestaciones. Los referentes de la selección critican al presidente Piñera y piden un país con mayor igualdad.

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Juntas. Las de los clubes con las mapuche y las de Chile. | twitter

En el velorio de Alex Núñez, uno de los 19 asesinados por el gobierno de Sebastián Piñera durante las protestas y la rebelión popular de estos días en Chile, sus amigos hicieron flamear la bandera del Colo-Colo, el club del que era fanático. A Núñez, un mecánico de 39 años y tres hijos, tres carabineros le dieron una golpiza el domingo a la noche en una plaza de Santiago. Murió 24 horas después.

La noche en que los familiares de Núñez lo despidieron en su casa, detrás de su féretro y su foto, el banderín de ese club colgaba de una de las paredes. Ese mismo escudo, en otras circunstancias, flameaba en Plaza Italia junto a miles de hinchas de los otros dos grandes, la U y la Universidad Católica, que se juntaron para reclamar por lo mismo.  

El miércoles, mientras el gobierno respondía a las protestas con una brutal represión, los tres clubes emitieron un comunicado en conjunto para buscar “espacios de diálogo pacífico para construir un mejor país para todos”. El fútbol, como casi siempre, sirvió como un canal para amplificar la rebelión que nació tras el aumento del precio del boleto de subte que firmó Piñera, y que creció después de que el presidente dijera en una conferencia “estamos en guerra”.

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“Una guerra necesita dos bandos y acá somos un solo pueblo que quiere igualdad”, le respondió Gary Medel, el capitán de la selección chilena y jugador del Bologna, de Italia.

Ayer por la mañana, el mismo Medel convocó a la multitudinaria marcha que inundó de gente las calles de Santiago y otras ciudades importantes del país. “Demostremos todos que somos un país unido, que todos queremos lo mismo. El pueblo no tiene bandos. Hoy, todos unidos y de forma pacífica en la marcha! A luchar por los derechos de todos!”, escribió en su cuenta de Instagram.

Otro de los jugadores de la Roja, Claudio Bravo, sintetizó mejor que nadie los motivos de la bronca popular, que se extiende día a día y llena de arte e ingenio las calles, a pesar de que la mayoría de los medios se encarga de mostrar solo los disturbios de una parte minoritaria: “Vendieron a los privados nuestra agua, luz, gas, educación, salud, jubilación, medicamentos, nuestros caminos, bosques, el salar de Atacama, los glaciares, el transporte. ¿Algo más? No queremos un Chile de algunos pocos. Queremos un Chile de todos”, escribió el arquero del Manchester City en Twitter.

El torneo chileno se suspendió por segundo fin de semana consecutivo producto de las manifestaciones, la represión, los 19 muertos –cifra oficial pero a la vez dudosa– y el toque de queda que decretó el presidente Piñera. Como recordó el sociólogo Julian Scher en el sitio El Furgón, de ese torneo, en el que juegan todas sociedades anónimas y cuyo modelo algunos dirigentes de Argentina siempre pusieron como faro, surgió uno de los primeros chispazos de protesta, cuando el 25 de marzo Nicolás Maturana, volante de Universidad de Concepción, fue elegido la figura del partido y cuestionó el cobro de los medidores de electricidad. Ese reclamo tomó relevancia en estos días. Pero no solo fue el fútbol. También quedaron suspendidos otros torneos como el de la Liga Nacional de básquet o la Copa América de futsal. La final de la Copa Libertadores entre River y Flamengo, que debe disputarse en el Estadio Nacional de Santiago el 23 de noviembre, por ahora sigue en pie, según lo que comunicó Conmebol en la semana. Habrá que esperar si el gobierno escucha los reclamos. O si sigue así: dando migajas mientras alimenta un sistema cada vez más desigual.