La frase se lee casi por obligación sobre el paredón de la cancha auxiliar del estadio. Por obligación por su tamaño y porque está escrita en un lugar estratégico, casi como una bienvenida para todos los que entran: “El club de barrio más grande del mundo”. Podría ser un slogan, pero es, sobre todo, el objetivo que se trazaron hace más de una década los dirigentes de Lanús: crecer y crecer hasta convertirse en el principal espacio social y deportivo en el Sur del conurbano bonaerense. En otras palabras: romper las fronteras, llegar hasta Avellaneda, Lomas de Zamora, Almirante Brown y otros distritos, y quitarle, poco a poco, el protagonismo que tienen Independiente y Racing en toda esa zona.
Los logros del fútbol profesional ayudaron a que el club empiece a tener presencia en distintas localidades y a que las nuevas generaciones se acerquen. El fútbol siempre es un imán. Pero lo que mueve al club está también por fuera de eso: en la actualidad, Lanús cuenta con 20 disciplinas y más de cinco mil deportistas que convirtieron el predio de Guidi y Arias en un inmenso campo de entrenamiento.
Y si bien todavía está lejos en cantidad de socios –Independiente tiene 100 mil y Racing 76 mil, mientras que Lanús cuenta con 46 mil–, el Granate puede jactarse de algo que ninguno de los de Avellaneda puede: un crecimiento patrimonial que crece año a año, y que empezó en 2008 con la compra del edificio de Bet Am (donde ahora funciona el colegio del club y un anexo deportivo) y que en los próximos meses seguirá con la inauguración del predio de Valentín Alsina.
Pero los chicos y chicas no sólo van al colegio de Lanús. Lanús también va a los colegios de toda la zona sur a través de convenios y becas a estudiantes de escuelas públicas. “Cuando yo era chico, todas las acciones y actividades de los colegios eran en Independiente o Racing. Ahora eso se está invirtiendo”, le cuenta a PERFIL el presidente Nicolás Russo.
Semillero. Entre hombres y mujeres, Lanús tiene 700 deportistas que practican hockey sobre césped. También es el principal polo de gimnasio artística de la zona: cuenta con 350 gimnastas en todos los niveles. Este año tuvo a un representante en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro. Se trató de Eduardo Gauto, un judoca no vidente que participó por primera vez en esa competencia. Gauto practica desde los nueve años en el club Portela, y ahora está federado por Lanús. Su caso es un símbolo de lo que vino haciendo Lanús con los clubes y sociedades de fomento de toda su zona de influencia: realizó convenios, mejoró sus establecimientos y le sirvió para expandirse por los barrios.
El otro camino fue la Fundación Lanús. El municipio descarga parte de su trabajo social a través de esa entidad, que utiliza al deporte como un instrumento de inclusión. Como ejemplo está el gimnasio que la Fundación construyó en Villa Sapito. “Nosotros muchas veces cumplimos un rol que reemplaza al del Estado”, remarca Russo.
El Grana también fue la cuna de Nicolás Laprovittola, hoy en los Spurs de la NBA. El base de la Selección fue una de las figuras del equipo que llegó hasta la final de la Liga Nacional en 2013. Ese año, cuando se fue del club, Laprovittola ya leía en el paredón la frase que para muchos es un motivo de orgullo.