DEPORTES

El costado metrosexual de los jugadores de la Selección

Bañaditos, perfumados y hasta depilados. Los chicos de la Selección también se producen para la cita de sus sueños.

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| Cedoc

No sólo las chicas nos producimos para la cita de nuestros sueños. Los chicos de la Selección también lo hacen. Porque como decían nuestras abuelas: "Uno nunca sabe, querida, así que siempre combinadita, bombacha y corpiño" (ojo, la Nona lo decía por si ocurría un accidente, claro). El jueves se jugó el segundo partido y nuestros chicos se acicalaron para esa cita tan especial: bañaditos, perfumados y hasta depilados. Sí señores, a no espantarse: los muchachos de ahora se depilan.

De hecho, Nico Otamendi, uno de los suplentes favoritos de Diego, declaró que se hace pierna entera. Alegan, Otamendi y los adeptos a la cera, que el deporte lo exige. Incomprobable. Y bueno, se calzaron los shortcitos que hacen suspirar a las féminas, no tan ajustados como los que ostentaban Kempes y Passarella en el '78, pero que en igual medida producen la envidia de algunos caballeros.

Las camisetas van al cuerpo, las telas son cada vez más especiales, con tecnología dry fit. Y suman accesorios varios: vinchita, calza por debajo del pantalón, suspensor, sudor y mucha, pero mucha testosterona. Al lado de ellos, el loco Gatti es un poroto, y Claudio Paul, poco menos que un descuidado. Si hasta el mismísimo DT, el Diego de la gente, se puso en contacto con Federico Álvarez Castillo, de Etiqueta Negra, y le dijo: "Papá, quiero que nos hagas la pilcha". Y como es palabra de Dios, así fue.

El Diez, famoso en otras épocas por su ropa Versace, sus relojes en las dos muñecas, anillos en los meñiques y demás coqueterías propias de los '90, para este 2010 eligió un ambo sastre de dos botones color gris de género italiano, camisa formal blanca de poplín y algodón, también importada de las tierras de la Cicciolina; corbata cien por ciento de seda natural y, como si esto fuera poco, un cinturón negro acompañado por zapatos al tono de puro cuero argentino.

Pero los metrosexuales también son los que saltan a la cancha. Así que, como todas las mañana, el Apache Tévez abrió su neceser y untó su cuerpo con una crema humectante que la rompe, se colocó un producto anti-frizz para su rebelde cabellera, hoy lacia inducida pero que en otros tiempos lució rastras, casi emulando al increíble Hulk. Y aunque su cuerpo delate algunas cicatrices por un accidente de la niñez, estigma que él se rehúsa a ocultar con una cirugía, el chico nacido en Ciudadela es un exponente a seguir, si de moda hablamos, hoy con estilo inglés aunque siempre a ritmo de cumbia.

Para las románticas, mientras suena Arjona de fondo, aparece el Gringo Heinze: ojos verdes, 1,78 de altura, rubio y con olor a perfume francés. Todo un galán de telenovelas. Cierra el desfile el Pipita Higuaín. Soltero y codiciado, hasta Luli Salazar Pop dice haber intimado con él; pero Gonzalo sólo piensa en los tres goles que metió (el jueves contra Corea del Sur, vale la aclaración) y recorre la pasarela vestido de novio, con traje impecable y corbata finita, un estilo propio del Príncipe Felipe de España. "¡Que tire el ramo! -gritan las chicas-. Que nos bese y nos ponga la liga".

La columna se publicó en la edición impresa del domingo último del Diario Perfil.