Después del mazazo de la final perdida ante River en Madrid, Boca tiene una sola cosa en la cabeza: encontrar al nuevo capitán de un barco que quedó a la deriva tras la partida de Guillermo Barros Schelotto. El tiempo pasa y, a pesar de que el candidato parece estar definido, en Brandsen 805 hay dos cuestiones bien claras: que el Plan A, luego de la negativa de José Pekerman, es Gustavo Alfaro y que la llegada de Nicolás Burdisso como director deportivo ya sufrió la primera aspereza con Daniel Angelici, que parece no querer darle la autonomía suficiente a un puesto que bajo su gestión nunca funcionó. El actual entrenador de Huracán ya recibió formalmente la propuesta del cargo, luego de que se pusieran de acuerdo en la dirigencia para ir por él. Todos los caminos conducen a Alfaro.
Para entender un poco la nebulosa en la elección del nuevo entrenador xeneize, hay que tener claro que varios miembros de la comisión directiva están en contra de la figura del mánager, y por ende de las decisiones que este pueda llegar a tomar. Por eso, a pesar de que Burdisso ya tiene sus candidatos, hasta el propio Angelici se encarga de marcarle el terreno en cuanto a “gustos”. ¿Por qué? Porque en los gustos del ex defensor no estaba Antonio Mohamed y fue el presidente del club el que le pidió que “lo vuelva a incluir en la lista”. Angelici dice que es un hombre de su confianza, pero la realidad es que Mohamed es un hombre de la confianza del hombre que digita casi la totalidad del fútbol argentino, y que en Boca tiene un poder creciente: el represente Christian Bragarnik. Tanto le gusta el Turco a Angelici que fue uno de sus primeros candidatos luego de su asunción, allá por 2011. Esa “exigencia” para que el flamante mánager llame al ex entrenador del Celta fue la primera grieta clara entre ambos. Sin embargo, Burdisso no cuenta con él para la sucesión porque siente que no es el indicado para este presente del club. Ni tampoco lo que él prefiere en su primer proyecto futbolístico de su gestión.
A Burdisso el que más le gusta, luego de las primeras negativas, es Alfaro. Más aún luego de la conversación telefónica que tuvieron –no se reunieron porque el entrenador de Huracán está fuera del país–. Esa charla a distancia dejó buenas sensaciones. Alfaro también tiene otro peso pesado de su lado: Mauricio Macri. El presidente del país está convencido de que es el turno de Alfaro, un técnico que siempre quiso para el banco de Boca, y con el que tiene una gran relación desde hace un tiempo. En su momento, cuando Boca se quedó sin Miguel Angel Russo, uno de los nombres que sonaron fue el suyo. Hasta Carlos Bianchi propuso a Alfaro cuando, en ese entonces, los dirigentes le fueron a preguntar quién pensaba que podía ocupar el lugar vacante, que tenía la carga de defender la Copa Libertadores obtenida en 2007.
Que el técnico surgido de Atlético Rafaela haya sido el primero que recibiera la propuesta formal –Boca y Huracán están negociando– marca otro choque en el binomio Macri-Angelici, que también tiene serias diferencias a la hora de elegir el sucesor en el sillón presidencial xeneize para el año próximo. Macri y Angelici venían de un encontronazo bastante importante luego de la suspensión de la final de la Copa Libertadores, tras los piedrazos al micro del plantel. En ese entonces, Macri pidió jugarlo como fuera y Angelici prefirió la otra vía.
¿Qué separa a Alfaro de ser el DT de Boca? La dureza del presidente del Globo, Alejandro Nadur, quien ya tiene antecedentes a la hora de negociar con Boca. Segundo, el tipo de resarcimiento que soliciten desde Parque Patricios para dejar libre a su entrenador. Entre esos pedidos estarían Agustín Rossi y que se le adelante el pago de cuatro millones de dólares que Boca debería abonar en diciembre de 2019 por Ramón Wanchope Abila. Nada parece ser impedimento para que Alfaro sea el sucesor de Barros Schelotto. Incluso desde Huracán ya le liberaron el camino.
El otro nombre que sonó con mucha fuerza en las últimas horas fue Eduardo Domínguez. Sin embargo, el ex entrenador de Colón charló con Burdisso y había causado buena impresión, pero no cumplía con las expectativas de Angelici, quien sigue teniendo el poder de fuego a la hora de las decisiones importantes, y que parece haber confiado en Alfaro para iniciar el proceso de reconstrucción.
