Son los tres hombres fuertes de los equipos que mañana pueden definir el campeonato, a pesar de que intenten disimular sus influencias. Macri encontró la manera de seguir monitoreando lo que pasa en Boca a partir de la inclusión de dos personas de su entorno en la comisión directiva.
A Tinelli, clave en las contrataciones de Solari y Barrientos en este torneo, le gusta ejercer presión contra los árbitros a través de su radio y su programa de televisión. Massa no abandona la causa de Tigre ni aunque lo llame Cristina: discute los premios con el plantel y le insiste a Cagna para que se renueve su contrato.
Tres clubes. Tres presidentes que podrían caminar cualquier mediodía por la calle Florida sin que muchos peatones los reconozcan. Y, detrás de esa imagen, tres hombres con poder. Que, curiosamente, no ocupan cargos relevantes en esas tres instituciones, aunque sean los que tomen las decisiones más importantes.
Porque decir Boca, todavía hoy, es hablar de Mauricio Macri. Porque decir San Lorenzo es lo mismo que nombrar a Marcelo Tinelli. Porque decir Tigre y pensar en Sergio Massa es automático.