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El reino del revés: el 'jogo bonito' de Italia se mide contra el 'catenaccio' de Brasil

Ya clasificados a las semis, chocan hoy. Prandelli armó un equipo que juega bien y que no parece italiano, mientras que Scolari se apoya en una gran defensa.

Defensa. Marcelo (Real Madrid) es el lateral izquierdo. Con él, atrás, juegan Thiago Silva (Paris Saint Germain), Daniel Alves (Barcelona) y David Luiz (Chelsea).
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En diciembre, Dilma Rousseff estaba entusiasmada con la Copa Confederaciones que se iba a disputar seis meses más tarde en Brasil. “La primera responsabilidad es en la cancha, ya que nuestra selección deberá practicar el jogo bonito que nos llevó a ser pentacampeones mundiales. La segunda es afuera de la cancha, ya que deberemos organizar una Copa inolvidable”, enumeró la presidenta del Brasil. Por lo pronto, que la Copa Confederaciones sea inolvidable está asegurado: ya hay dos muertos por la represión policial. La otra “responsabilidad” es de difícil cumplimiento: Brasil no es (y desde hace años) una selección que practique un jogo bonito ni que aplaste a sus rivales, sino un equipo que se sustenta en una defensa rocosa integrada por futbolistas de clase mundial, como Dani Alves (Barça), David Luiz (Chelsea), Thiago Silva (Paris Saint Germain) y Marcelo (Real Madrid). Ya en 2006, Ronaldo admitía en una entrevista con el diario El País: “Los brasileños nos olvidamos del jogo bonito”.

Hoy, la selección que dirige Luiz Felipe Scolari (entrenador, por cierto, que no pertenece a la escuela jogobonista) se va a enfrentar por la Copa Confederaciones a Italia. La paradoja es que esta versión de Italia enterró el catenaccio y juega (o al menos lo intenta) por abajo, con mediocampistas creativos y que apuesta al tiki tiki desde la asunción de Cesare Prandelli.

El fin de los estereotipos.
Ya con la convocatoria, Scolari dio una pista de lo que pretendía: no llamó a Ronaldinho (tal vez el mejor futbolista de la Copa Libertadores) ni a Kaká. Es que a él nunca le interesó que sus equipos se lucieran. “No nos pueden pedir que juguemos como el Barça, no tenemos a Messi ni a Iniesta”, dijo este ex defensor conocido, cuando jugaba, como “pata de palo”.

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Hace dos meses, Brasil empató de local 2-2 con Chile en un amistoso, y el público abucheó al equipo. Más tarde, Scolari se levantó y abandonó la sala de prensa cuando un periodista le preguntó si iba a continuar al frente de la selección si no obtenía el título en la Copa Confederaciones. “¡Esto es una broma! No respondo”, dijo y se fue.

Italia, en cambio, tiene menos problemas: ya pasó por el trauma del cambio de estilo. Ese estilo que llevó una vez a Johan Cruyff a decir que “Italia no le puede ganar a nadie, pero todos pueden perder con Italia”. Prandelli argumenta así la defunción del catenaccio: “Las nuevas generaciones quieren ver este fútbol y ya no pensar en el resultado desde el primer minuto de juego”.

Italia es hoy un equipo que hace circular la pelota, que  no la revolea. Tiene de eje a Andrea Pirlo y dispone de mediocampistas talentosos (Riccardo Montolivo, Claudio Marchisio) que orbitan en torno a él. “Tenemos –dijo Prandelli– jugadores de calidad y quiero ver buen fútbol.” 

A Prandelli no le importa darle la espalda a la historia futbolística italiana: “Cuando tenemos la pelota y la manejamos en la mitad de la cancha con supremacía numérica, somos un muy buen equipo, pero las veces que jugamos retrasados, defendiéndonos, nos asaltaron cientos de miedos”.
Así juega Italia. También Alemania. Ni que hablar España. No la Argentina que dirige Alejandro Sabella, que no se sonroja (aunque debería) cuando pone cinco defensores de visitante o juega de contraataque en el mismísimo Monumental. Ya lo dice Prandelli: “Los equipos que hacen la diferencia son los que adelantan su defensa y tienen el coraje de jugar”.

 

La FIFA descartó la suspensión del torneo

La FIFA no planea suspender la Copa Confederaciones como consecuencia de las protestas que han degenerado en hechos violentos en varias ciudades, dijo ayer Pekka Odriozola, jefe de comunicación de la organización.

“En ningún momento la FIFA lo ha considerado”, dijo Odriozola en una rueda de prensa en el Maracaná, luego de que dos minibuses de la organización fueran atacados a pedradas el jueves por manifestantes en Salvador. Agregó: “Apoyamos el derecho a la libertad de expresión. Condenamos la violencia”.

A un año del Mundial, más de un millón de manifestantes salieron a las calles de unas ochenta ciudades del país el jueves para protestar contra los gastos de la Copa y en demanda de mejores servicios.

Dos buses de la FIFA y el hotel donde funcionarios de la organización se hospedaban en Salvador de Bahía fueron apedreados. “Es  un reflejo de lo que está sucediendo. Otros vehículos que estaban también en la misma calle fueron atacados. Los autobuses estaban estacionados, vacíos”, dijo Saint-Clair Milesi, director de comunicaciones del Comité Organizador Local (COL) de la Copa.