Hubo una pelea, y un golpe y un nocaut. Y hubo, desde entonces, una vida que terminó y otra que cambió para siempre. Ocurrió el 24 de marzo de 1962 en el Madison Square Garden. Emile Griffith disputa el título del campeonato mundial de peso wélter ante el cubano Benny Paret. El combate es sangriento. En el sexto asalto a Griffith lo salva la campana, pero se recupera y en el 12º round deja a su rival tirado en la lona, inconsciente, y se queda con la corona. A Paret lo trasladan a una clínica, en coma, y muere diez días después. Emile Griffith tiene 24 años, es campeón del mundo y asoma a una carrera imparable. Pero ya nada será lo mismo en su vida. Matar a un rival a piñas lo traumó. Pero además es gay y se mueve en un ámbito donde la homosexualidad es rechazada. Y negro. Demasiados fantasmas para un boxeador.
Esta es la historia que cuenta el cómic biográfico Knock Out!, que está por lanzar la editorial española ECC. La historieta refleja los conflictos y las contradicciones de un personaje que se vio obligado a llevar una agotadora doble vida. En una de las escenas de la ficción, Griffith viaja en un taxi camino a un hospital porque acaba de recibir una golpiza después de salir de un boliche gay, episodio que efectivamente ocurrió en 1992, quince años después de que había abandonado el boxeo. En ese taxi, Griffith se encuentra con el fantasma de Paret, una situación que tampoco está alejada de la realidad: Griffith señaló muchas veces que la imagen del boxeador que había matado a golpes se le había aparecido, lo veía en un espejo o en la calle.
El guion y las ilustraciones de Knock Out! están a cargo del dibujante alemán Reinhard Kleist, que ya había incursionado en el género con novelas gráficas sobre los músicos Johnny Cash y Nick Cave, y el líder cubano Fidel Castro. “Lo que me gustó de esta historia es que revela muchos estereotipos del boxeo”, señala el autor, y agrega: “Nunca durante su carrera profesional Griffith quiso hablar de su orientación sexual, consideraba que podía vivir su vida sin hablar de ello”.
A pesar de que durante su vida intentó ocultar su homosexualidad, Griffith la blanqueó al final de su vida. A los 70 años participó de un encuentro en Christopher Street, la calle de Nueva York que desde finales de los años 60 se convirtió en un emblema de la lucha por los derechos de los gays y lesbianas. Falleció en julio de 2013: tenía 75 años y síntomas de demencia.
El boxeador dejó como legado una autobiografía. Publicó “Nine...Ten... and Out! The Two Worlds of Emile Griffith” cinco años antes de su muerte. Allí dice, entre otros conceptos: “Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Mato a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable. Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida”.