Luego de más de una década sin participar en los torneos de fútbol femenino organizados por la AFA, a mediados del año pasado la Academia decidió volver a apostar por esa disciplina que tenía olvidada y por la que muchas chicas del club venían reclamando con insistencia. Y, para sorpresa de muchos, el regreso del fútbol femenino a la institución fue por la puerta grande: el equipo dirigido técnicamente por Antonio Spinelli no sólo obtuvo el ascenso a la A sino que disputadas cinco fechas del Torneo 2018/2109 es el único puntero de la Zona A con puntaje ideal: 15 de 15, con 12 goles a favor y apenas 2 en contra.
Si bien en el plantel hay jugadoras que se sumaron recientemente, hay otras, como la capitana Florencia Romero, que están desde la primera hora y que no pueden ocultar la inmensa alegría que siente ante el excelente presente futbolístico que está atravesando la institución en los dos frentes.
“Racing está pasando por un momento histórico en lo futbolístico: los hombres van primeros en la Superliga y nosotras en la Primera A del fútbol femenino de la AFA. Es la primera vez en la historia del club que pasa algo así, y eso nos llena de orgullo porque Racing se merecía volver a contar con el fútbol femenino entre sus actividades”, cuenta la defensora de 33 años que, al igual que el resto de sus compañeras, tiene que hacer grandes sacrificios para entrenar y jugar sin ningún resarcimiento económico a cambio.
“A diferencia de lo que pasa con los hombres, el fútbol femenino es amateur, por lo que todas tenemos que trabajar para poder vivir. Yo, por ejemplo, soy gestora del automotor en una agencia de autos en Palermo. Me levanto a las 7, trabajo hasta las 4 de la tarde, entreno de cinco a ocho y media, y a casa vuelvo recién después de las nueve y media de la noche. Es un sacrificio enorme pero vale la pena porque el fútbol es mi vida y, además, gracias a mi abuelo Ricardo, que ya no está conmigo, llevo a Racing en mis venas desde chiquitita”, agrega la ex jugadora de la Selección Nacional Argentina.
Feliz y entusiasmada con este gran presente que están viviendo, la defensora central racinguista reconoce que si bien el fútbol femenino creció notoriamente, todavía tiene un camino largo por recorrer para lograr los mismos derechos que los hombres. “Aunque en los últimos años hay un mayor interés por parte de los clubes, de la AFA y de la prensa hacia el fútbol femenino, sigo viendo una lucha muy despareja. Pero no vamos a parar hasta que nosotras también podamos vivir de esta hermosa profesión”, dice Romero, antes de confesar sus nuevos sueños: “Salir campeonas y ganar la Copa Libertadores”.