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Ramn Daz

"Es cierto, me tomé unas vacaciones largas, pero ya era hora de volver a hacer lo que sé"

Después de cuatro años sin trabajar en la Argentina, el Pelado vuelve para dirigir a San Lorenzo, porque era “el momento justo”, y no porque le faltaran ofertas. En un mano a mano con PERFIL mostró su convicción de que puede insuflarles a sus jugadores la mística que tantos éxitos le depararon en River. Además, elogió el orden en el que encontró la institución y el buen trato que recibió desde que llegó. Ah, y sigue picante como siempre: mostró su satisfacción por el campeonato que Boca perdió con Estduiantes y sigue sosteniendo que Carlos Menem es “el más grande, un caudillo”.

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EN EL CORAZN DEL CASLA. Ramn en su nuevo club. Ironiz, como siempre, pero tambin se permiti un espacio para la reflexin. | Cedoc

El fútbol argentino no podía prescindir de un personaje como el Pelado. Ya lo dijo ayer Daniel Passarella en Mar del Plata: “El Clausura va a ganar en picardía por la chispa que le aportará Ramón Díaz”. Porque el Pelado no sería el Pelado si no tirara títulos a repetición cada vez que le plantan un micrófono, si no gastara a Boca, si no salpicara con ironía cada comentario que dispara. Si hasta logró una distinción digna de una estrella: que lo reconozcan por su nombre. “Volvió Ramón”, fue una de las frases que más se escuchó la semana pasada, y nadie dudaba de quién se estaba hablando.

Pasaron cuatro años desde el último partido que el Pelado dirigió en la Argentina, con River, y volvió a ponerse el buzo de DT para encarar otro desafío. El hombre que es sinónimo del Millonario ahora se puso al frente del plantel de San Lorenzo. Después de tres entrenamientos y de alguna charla con los medios, quedó claro que la versión cuerva del Pelado es la misma de siempre.

—¿Por qué decidiste volver a dirigir en la Argentina?
—Porque San Lorenzo es uno de los grandes equipos del país, y porque ya era el momento de empezar a hacer lo que sé. Me tomé unas vacaciones bastante largas.

—¿Necesitabas dejar pasar un tiempo para despegarte de River?
Exactamente. Además, todos los entrenadores necesitan un poco de descanso. Mirá Carlos Bianchi, Marcelo Bielsa, la mayoría necesita una pausa para analizar lo que hace y para disfrutar un poco.

—Pero te tomaste cuatro años...
—Sí, pero ojo que en ese lapso también tuve ofertas. A algunos clubes no llegué por diferencias económicas.

—¿Disfrutaste el Apertura que ganó Estudiantes?
—Sí, mucho. Justo estaba en Barcelona, volvía para la Argentina, y allá todos los que me conocían me saludaban porque Boca no había ganado el campeonato.

—¿Tu alegría entonces fue porque lo perdió Boca?
Eso fue increíble. Y demuestra que hasta el último minuto hay que entregar todo. Se le escapó un campeonato increíble.

—¿Es una motivación extra que San Lorenzo sea el único equipo de la Argentina que tiene de hijo a Boca?
Sí, claro, y no solo para mí, si no para los jugadores y la gente. Y también revertir el 7–1 del campeonato pasado, que no es fácil de digerir, porque queda marcado en la historia.

—Entonces viniste por la revancha de ese 7–1.
—Y, sí...

Otra etapa. Apenas hace tres días que Ramón Díaz recorre las instalaciones de San Lorenzo y ya es parte del paisaje. Los hinchas lo esperan, unos pibes le piden que les firme la camiseta, algunas chicas que pose para una foto. Después de un 2006 traumático, la llegada de Ramón renovó el entusiasmo. Y la gente se lo hace notar. “Aguante Ramón”, le dicen unos. “Con vos damos la vuelta”, exageran otros.

—¿Te encontraste con un plantel muy golpeado?
—Esta es una etapa nueva, y los jugadores tienen un estímulo nuevo. Me pasó a mí cuando era jugador: llegaba un nuevo entrenador y todos queríamos demostrar nuestro talento, nuestras ganas. Y acá los jugadores están a full, entrenan al máximo.

—¿Qué San Lorenzo vamos a ver?
Primero, que juegue bien al fútbol, con agresividad y determinación, y bien ordenado. A los jugadores siempre les digo que tenemos que estar ordenados, porque si no, tenemos problemas. Esa idea la llevo hasta en mi vida: cuando te desbandás, empiezan los problemas.

—¿Podés aplicar el mismo concepto futbolístico que en River, con un equipo que no tiene tantas estrellas?
—Por supuesto. En el primer año en River, el club venía de perder todo, igual que acá.

—La última, Ramón: hasta hace algunos años eras el segundo riojano más famoso, ¿ahora sos el primero?
—No, no, sigo considerando que ser presidente por diez años es lo máximo.

—Seguís segundo, entonces.
—Sí, Carlitos es el más grande, es un caudillo.