Diez heridos (uno de gravedad) y cuatro detenidos fue la consecuencia que dejaron hoy los incidentes que se originaron en el Gigante de Arroyito tras el descenso de Rosario Central a la Primera B Nacional.
El comisario Hernán Brest le informó a DyN que los diez heridos son policías, ocho de los cuales fueron internados en el Centro de Emergencia Rosario y los otros dos, en el Sanatorio Británico.
El funcionario precisó además que los cuatro detenidos fueron llevados a la comisaría novena y que entre las causas hubo distintas infracciones. Uno de los violentos fue sorprendido cuando intentaba robarse un plasma de un palco Vip.
Según informó el diario La Capital de Rosario, los incidentes se iniciaron en los quinchos contiguos al estadio cuando, mientras proferían gritos en contra de los dirigentes para descargar su bronca, hinchas exaltados fueron reprimidos con balas de goma por un grupo de policías, al que devolvieron la agresión lanzándoles piedras mientras les seguían disparando.
Además de disparos de balas de goma se arrojaron gases lacrimógenos, mientras que los revoltosos lanzaron piedras y butacas más precisamente desde el sector que da al río Paraná. No obstante, según La Capital la mayoría de los hinchas quedó en el medio de la refriega sin participar, aunque expuesto tanto a la represión policial como a los piedrazos de sus colegas de tribuna e implorando por ende que la situación diera paso a la cordura.
La furia de los hinchas más violentos alcanzó también a técnicos y periodistas del Canal 7, que estuvieron a punto de ser agredidos según relataron cuando terminaba la transmisión del encuentro.
Mientras la violencia se adueñaba de las instalaciones del club rosarino, tanto los hinchas (aproximadamente 3.500, los cuales llegaron en micros) como los jugadores de All Boys abandonaron la cancha sin tener que padecer agresiones.