El juez de instrucción porteño Luis Rodríguez deberá continuar a cargo del expediente por el crimen del barrabrava de River Gonzalo Acro, según lo decidió la sala IV de la Cámara del Crimen, informaron fuentes judiciales.
De esta manera, ese tribunal puso fin a una disputa entre el fiscal del caso José María Campagnoli y el juez Rodríguez, que se originó a raíz de la declaración de una testigo que dijo que el magistrado la " presionó" para modificar su testimonio.
El fiscal Campagnoli había recusado al juez luego de haber recibido el testimonio de la ex esposa de Alejandro Echeverry, alias "Balá", que declaró como testigo protegida y dijo que su ex marido estaba mal desde comienzos de agosto, cuando Acro fue asesinado a balazos en el barrio porteño de Villa Urquiza.
La mujer aseguró que su ex esposo es amigo de los hermanos Alan y William Schlenker, líderes de la facción de los "Borrachos del Tablón" contraria a la de Adrián Rousseau, que integraba Acro, y que tiene un Fiat Duna bordó como el que algunos testigos aseguran que usó el hombre que disparó al joven.
Ese y otros datos llevaron a Campagnoli a imputar a los hermanos de presuntos autores intelectuales del crimen y a pedir al juez Rodríguez la detención de Echeverry y de un barrabrava de Platense que tendría relación con la hinchada de River.
Según las fuentes, el juez rechazó todos los planteos por falta de pruebas y sólo aceptó allanar la casa de los barrabravas el pasado 22 de agosto, donde se incautaron un rifle, municiones de revólver, fotografías y agendas.
Mientras tanto, para preservarla de eventuales ataques por parte de su cónyuge, el fiscal instaló a la testigo, con el acuerdo de la oficina de Asistencia a la Víctima, en un hotel del barrio porteño de Constitución custodiada y junto a sus dos hijos, menores de edad.
En ese hotel, la mujer y sus hijos tuvieron problemas, por lo que la familia burló la custodia y en compañía de Sebastián Rodríguez, abogado de los Schlenker en esta causa, se presentaron ante el juez, a quien le manifestaron su decisión de "no regresar nunca más" allí.
La mala relación entre el fiscal y el juez se acentuó cuando el magistrado no le permitió declarar a la testigo en su juzgado, alegando que la causa estaba delegada en la fiscalía, y tras firmar un acta, le asignó una custodia y la envió a la fiscalía de Saavedra.
Allí, la mujer declaró otra vez y habría dejado entrever que el juez la presionó para que exculpara a los Schlenker, ante lo que Campagnoli lo recusó en duros términos y "prácticamente le imputó la comisión de delitos", aseguraron las fuentes.
Rodríguez rechazó la recusación, pero después de negar todas las irregularidades optó por excusarse porque los términos y la magnitud de las acusaciones del fiscal le impedían ser objetivo en el futuro con relación al propio Campagnoli y a todo lo que él solicitara en la causa en lo sucesivo.
Entonces, por razones de "violencia moral", se apartó del expediente, lo envió a sorteo y éste recayó en el juzgado de Mauricio Zamudio, quien rechazó la decisión y envió el incidente de competencia a la Cámara del Crimen que hoy decidió que sea Rodríguez el que continuará al frente de la causa.
Fuente: Télam