El primer partido de la Selección dividió las aguas. Para algunos el equipo jugó bien porque dominó el balón, creó muchas situaciones de gol y ganó el partido, aunque falló en la definición. Para otros, Argentina jugó mal porque solo logró ganarle uno a cero a un equipo de mitad de tabla que fácilmente podría habernos empatado y colgarse del travesaño. El análisis del segundo partido va a unificar las posiciones. Pero, aunque goleamos, gustamos y ganamos, hay varías tendencias que se van marcando que hay que analizar.
En lo táctico, se notó que Verón no estaba en cancha porque el equipo volcó su juego por la banda izquierda. Esto logró que Di María, quien en el primer partido se mostró apático, fuera una de las figuras del partido. Di María es un jugadorazo, pero no apareció en el primer partido, capaz porque Verón, monopolizando la pelota, buscó más a Messi y a los dos de arriba, quienes rotan constantemente y se llevan marcas. Sin Verón, Messi agarraba la pelota y cortaba hacia la izquierda, descargando con Di María y Heinze. Argentina necesita a un Di María inspirado, como el que metió un golazo en la final de las Olimpiadas del 2008, ayudando a que el equipo del Checho Batista gane el certamen. Habrá que buscar la manera de que Di María tenga un rol participativo con Verón en cancha.
En los últimos años una de las mayores falencias de la selección siempre fue el juego aéreo y la pelota parada. En este mundial, vemos que la situación se revertió y que pasó a ser un arma importante para la Argentina. Los dos primeros goles contra Corea vinieron de pelotas paradas (el gol en contra, luego de un tiro libre de Messi, y el primero del Pipita, luego de un corner corto y un centro de Maxi Rodriguez) y el único gol contra Nigeria (Heinze de palomita). Es un arma importante y hay que nutrir esa capacidad en nuestra selección, ya que ser un equipo fuerte de arriba tiene doble ventaja, en ataque y en defensa.
Y justo en defensa es donde más fallamos. Demás está decir que lo que hizo Demichelis no es digno del segundo marcador central titular de la selección en un mundial que queremos ganar. Micho sigue siendo de lo mejor que tenemos y no hay que estigmatizarlo por un error, pero no se puede repetir. En un partido mas cerrado, ese error es la diferencia entre clasificación o eliminación. Y en defensa también hay que remarcar que Jonás se nota perdido en la cancha. Tácticamente está bien posicionado, pero capaz no es el jugador adecuado. Falta Zanetti. Jonás viene bien para subir y arrastrar marcas, pero deja muy libre su banda y contra un equipo con más categoría, eso puede ser letal.
La goleada sirve para impulsar lo anímico y para seguir en la búsqueda del funcionamiento que todos queremos. Acá en Sudáfrica, luego de las derrotas de Alemania y España, y los dos empates de Inglaterra, se nos ve como máximos candidatos (¿la gente se olvida de Brasil, Holanda y otros?). Nos pasó lo mismo en 2006, cuando goleamos 6 a 1 a Serbia y Montenegro, esperemos que esta vez, el final sea distinto.
(*) Especial para Perfil.com