Desde el 1 de agosto, día en que comenzaron las agresiones en las regiones separatistas de Georgia (Osetia del Sur y Abjazia), el técnico de la selección de ese país es Héctor Cúper. El argentino vino a reemplazar al alemán Klaus Toppmüller, despedido por no clasificar a su selección para a la Eurocopa 2008, que terminó ganando España.
El conflicto entre Rusia y Georgia por las regiones separatistas parece estar cerca del final, con los presidentes de ambos países declarando un cese al fuego. Las consecuencias, sin embargo, tardarán más en resolverse y la región vivirá en incertidumbre por un tiempo hasta recuperar la normalidad.
Es el caso del fútbol: el seleccionado de Georgia debe jugar dos partidos contra Irlanda del Norte por el Grupo 8 de las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010. Uno de ellos estaba programado para el 6 de septiembre en Tbilisi, la capital georgiana.
La FIFA estudia de cerca la situación del país en conflicto para decidir qué hará. La UEFA, por su parte, debe resolver el mismo problema para el partido que tienen que jugar el club georgiano WIT y el austríaco Austria Wien en el estadio Mikheil Meskhi de la misma ciudad. Mientras tanto, Cúper espera para saber cómo planifica lo que viene.
El técnico argentino, de 52 años, jugó en Ferro, donde obtuvo los campeonatos nacionales de 1982 y 1984. En la década del '90 se retiró y convirtió en DT, primero en Huracán (subcampeón 1994) y luego en Lanús (donde obtuvo la Copa Conmebol 1995, su único título).
En 1997 emigró a Europa, donde pasó por distintos clubes: Mallorca, Valencia, Inter, Betis y Parma. En muchos logró dignos subcampeonatos y terceros puestos, pero ningún título, y en los últimos dirigió equipos cercanos al descenso.