Estuvieron los hinchas: pasaron las dos fechas de sanción por aquel festejo desubicado cuando descendió Independiente y ahora el Cilindro volvió a abrir las puertas. Estuvo el técnico: Carlos Ischia debutó como entrenador después del despido de Luis Zubeldía y del interinato de Fabio Radaelli. Estuvo el entusiasmo: a la gente de Racing, se sabe, le gusta ostentar esa pasión inexplicable. Estuvo el agua: el cesped del Juan Domingo Perón fue una enumeración de charcos. Y estuvieron los goles: el de Araujo en contra que le sirvió a la Academia para soñar, y el de Velázquez sobre la hora, que frustró el primer triunfo de Racing del torneo.
A pesar del empate, a pesar de que Racing apenas sumó dos puntos en seis fechas y que está cada vez más lejos de la zona VIP, la llegada de Ischia le imprimió lo que tanto se le criticaba al equipo de Zubeldía: determinación. Es cierto, es sólo un partido, pero anoche el equipo ofreció una muestra de que lo que podría ser un nuevo Racing, con pretensiones, ambicioso, protagonista. La intención quedó en evidencia cuando todavía no se había jugado un minuto y entre Agustín Marchesín y Leandro Somoza tuvieron que salvar una caída del arco de Lanús.
Después de ese arranque vertiginoso, Racing siguió en la búsqueda. Acorraló a Lanús y lo complicó con Luciano Vietto bien abierto por derecha, Rodrigo De Paul suelto y Gabriel Hauche de pescador en el área. El Grana, que respeta el esquema de tres delanteros, apenas pudo aguantar atrás y buscar alguna salida rápida a través de Santiago Silva o Lautaro Acosta. La otra gran protagonista de la noche fue la lluvia que cayó durante todo el día y provocó imprecisiones, resbalones, chapoteos varios, infracciones y piques inesperados.
Todo lo bueno que había hecho Racing durante el primer tiempo se fue desdibujando en la primera mitad del segundo tiempo, hasta que a los veinte Vietto se filtró entre los centrales, definió de rebote ante la salida de Marchesín, la pelota rebotó en el arquero, en Araujo y entró. Antes del gol, el árbitro Carlos Maglio había expulsado a Nicolás Pasquini, y después, a Polo Goltz y Fernando Ortiz. Así, diez contra nueve, y con menos agua en el campo de juego, Racing empezó a palpitar el primer triunfo en lo que va del torneo.
Lanús, con un jugador menos, no se conformó y buscó el empate. Racing aprovechó para generar contragolpes que no terminaron el gol por milagro. Ida y vuelta intenso. Hasta que Maxi Velázquez aprovechó que Diego González juntó a todos los defensores y el lateral definió cruzado. El equipo de Ischia lo tenía y se le escapó a dos minutos del cierre.