Con la tranquilidad de la clasificación y sin las figuras del equipo, los dirigidos por Sergio Batista superaron a la selección de Serbia por un discreto 2 a 0 y lograron el primer puesto del grupo A. El sábado, por los cuartos de final, Argentina se medirá con Holanda.
El marcador se abrió a los 13 minutos del primer tiempo cuando Ezequiel Lavezzi cambió un penal por gol. En la jugada previa, tras un gran pase de Ever Banega, el serbio Marko Jovanovic le había cometido infracción Ángel Di María.
Pese a que el arranque fue prometedor, el equipo argentino disminuyó en peligro y convirtió lo que 60.000 espectadores esperaban que fuera una goleada en un trámite aburrido. En el Estadio de los Trabajadores, los reprobaron con un estruendoso abucheo la falta de actitud ganadora de los albicelestes con un abucheo colectivo.
Fernando Gago y Banega cumplieron en la parte defensiva, pero no encontraron socios para hacer un fútbol más vertical. Otro penal para Argentina, a los 33 minutos del segundo tiempo, provocó el lucimiento doble del arquero Stojkovic, quien atajó el remate de Ángel Di María. Como el árbitro estimó que el serbio se había adelantado en el primer remate, ordenó su repitición, que también fue detenida por Stojkovic.Una de las figuras argentinas fue el arquero Sergio Romero, quien evitó el empate de Serbia con varias intervenciones a puro reflejo. El partido se cerró a los 39 minutos del complemento, con un estupendo gol de tiro libre de Buonanotte.
Esta vez las miradas estuvieron puestas en el banco. A pesar de no haber el césped, Lionel Messi despertó una gran expectativa. El público, incluido el basquetbolista Kobe Bryant, llenó el estadio de los Trabajadores con la ilusión de ver al delantero. Pero Messi, al igual que las Juan Román Riquelme y Sergio Agüero, empezó y terminó el partido en el banco de suplentes.
En el entretiempo, “La Pulga” le regaló su camiseta albiceleste a Bryant. El basquetbolista estadounidense y el futbolista argentino se habían conocido el lunes al mediodía en la villa olímpica, en un encuentro que fue definido por Bryant como "un shock".
Récord olímpico. El equipo de Batista estableció un nuevo récord de nueve victorias consecutivas en campeonatos olímpicos de fútbol. A Uruguay se le interrumpió la racha el 10 de junio de 1928, cuando Argentina le empató 1-1 en Amsterdam-1928. A Hungría, la serie histórica se le terminó el 6 de septiembre de 1960, cuando Dinamarca la derrotó 2-0.
La serie victoriosa de Argentina se inició en Atenas-2004, con una goleada a Serbia y Montenegro (6-0). La racha continuó con Túnez (2-0), Australia (1-0), Costa Rica (4-0), Italia (3-0), Paraguay (1-0) y Costa de Marfil (2-1). La última caída en olímpicos había sido frente a Nigeria por 3-2, en los Juegos de Atlanta-1996, la tarde en que los africanos le dieron a los albicelestes una clase del fútbol.