El tiro de triple de José Juan Barea rebotó en el aro. La clasificación a Londres era un hecho consumado. Una montaña de jugadores, acompañados del abrazo de Julio Lamas, Gonzalo y Néstor García, Leo Gutiérrez y todos los colaboradores que componen el staff de la selección argentina se unieron en el círculo central del estadio para saludar a las más de ocho mil almas que coparon el Polideportivo.
En los parlantes no paraba de sonar el viejo y clásico hit "Último tren a Londres" y las voces de los animadores Leo Montero y Bebe Sanzo, repetían continuamente como un cassette de cinta eterna que la Generación Dorada había conseguido el objetivo. Fiesta total.
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