La tenista belga Kim Clijsters pasó de estar sin ranking al número 19 del escalafón mundial luego de coronar su retorno al circuito con una espectacular victoria en el Abierto de Estados Unidos.
Clijsters, quien supo ser número uno del mundo en agosto del 2003 y cuyo único título en eventos del Grand Slam había sido también el Flushing Meadows antes de retirarse en el 2007 -se casó y tuvo un hijo-, dijo que no esperaba progresar tan fácilmente. "Mentalmente, me dije a mí misma: 'Ok, Kim, estás comenzando desde cero'".
Clijsters regresó tras una pausa de dos años, en los que estuvo lesionada y dio a luz a su hija Jada, y con un tenis aplastante se abrió camino a la corona. La tenista valona de 26 años, que ya se había coronado en Nueva York en el 2005, venció en la final de domingo a la danesa de 19 años Caroline Wozniacki, novena favorita, con pasajes de 7-5, 6-3.
"No tengo palabras para describir lo que siento", dijo Clijsters, con su niña Jada, de 18 meses, en un brazo y la copa de plata en el otro. "Estoy muy contenta de haber defendido mi título de 2005". En el 2006 estuvo lesionada de la muñeca y el 2007 se encontraba embarazada. Tras dar a luz comenzó un arduo proceso de preparación y a principios de agosto volvió a las canchas en el torneo de Cincinnati, donde llegó a cuartos de final, y en el de Toronto, en el que alcanzó los octavos.
Cijsters se convirtió en la tercera madre en ganar un US Open, después de las australianas Evonne Goolagong y Margaret Court. La nueva campeona, que sucede en el trono neoyorquino a la estadoundiense Serena Williams, a quien venció en semifinales, se llevó un cheque de 1.600.000 dólares
La belga podría además emular a la ya retirada Jennifer Capriati, quien retornó al deporte a los 19 años en 1996 y logró convertirse en número uno del mundo en el 2001.