“A mi hijo lo mataron”, asevera Graciela Santilli de Falaschi, la mamá de Guido, el piloto de TC que falleció a los 22 años el 13 de noviembre al despistar su auto en el epílogo de la carrera realizada en Balcarce. El escenario que rodea la entrevista, una casa enorme y silenciosa, grafica perfectamente el vacío que Graciela dice sentir. Ella es menudita. Y sus lágrimas brotan con la fuerza de un río. Sin embargo, de sus palabras y de su mirada sale una fiereza que sólo busca la verdad.
“No quiero dinero ni destruir a nadie”, repetirá a lo largo de la charla. Se trata de la historia de una madre que busca conocer el motivo por el que murió su hijo. Ni más ni menos. Con la voz entrecortada y un cigarrillo en su mano derecha, que nunca encenderá, comienza a contar: “Esto no fue un accidente, se pudo evitar. Cuando comencé a mirar videos e imágenes de lo que pasó, entendí que a mi hijo lo mataron. O al menos, no hicieron lo suficiente para salvarlo. No se cumplió ninguna medida de seguridad”.