DEPORTES
mas alla de la pelota

La teoría de la guerra fría

Numerosos analistas observan el conflicto desde una perspectiva más geopolítica que deportiva.

Juntos somos más. Blatter, el reelecto presidente de la FIFA, y Putin, el presidente del país que será sede del Mundial 2018.
| AFP

El escándalo que estalló en relación con la FIFA abrió una caja de Pandora que tiene repercusiones a nivel mundial y va mucho más allá de las denuncias por sobornos y lavado de dinero. La cuestión no sólo preocupa al mundo del deporte, sino que en las horas posteriores a que este hecho fuese de público conocimiento, los presidentes de las diferentes potencias mundiales tomaron una posición al respecto. A partir de este suceso, en los distintos medios internacionales aparecieron teorías conspirativas que sugieren una crisis geopolítica relacionada con el imperialismo y hasta el sionismo ¿Se estaría utilizando el fútbol como puntapié de un enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos a través de la FIFA en una nueva Guerra Fría?

La disputa entre los países tomó forma a través de la toma de posición a favor o en contra de Joseph Blatter. Tanto los estados africanos y asiáticos como el presidente ruso Vladimir Putin mostraron su apoyo incondicional al actual presidente de la FIFA para que fuera reelecto. Por otro lado, se publicó que las potencias occidentales intentaban derrotar a Blatter con su apoyo al candidato opositor: el príncipe Ali bin al-Hussein de Jordania. Tony Gosling, un periodista de investigación inglés dijo a Russia Today que la FIFA es una de las grandes instituciones que aún no han sido controladas por Occidente. Respecto del príncipe de Jordania, dijo: “Este chico suena como el títere perfecto”.
Por su parte, Putin acusó a Estados Unidos de conspirar contra el Mundial de Rusia de 2018. También criticó la injerencia norteamericana, ya que podría relacionarse con un intento de extender su jurisdicción a otros países. Bajo la misma línea, el periodista Noah Feldman escribió un artículo en la agencia norteamericana Bloomberg, en el que se pregunta: “¿Por qué Estados Unidos actúa como el sheriff internacional en el ámbito de la corrupción y detiene a los ciudadanos no estadounidenses?”. Según el autor, la potencia americana expuso las denuncias con el fin de convertirse en el actor que finalmente terminará con la corrupción endémica de la FIFA. Así, en consonancia con sus políticas imperialistas, sería reconocido para controlar el fútbol mundial.

“Es difícil medir las intenciones de los cerebros de todo esto. Michel Platini, como dirigente de la UEFA, se mostró cansado y disgustado porque Europa quedó en un segundo plano en la toma de decisiones; Inglaterra no pudo ser sede de los próximos mundiales, y Asia y Africa tomaron un rol más activo. Platini fue quien mostró interés por el poder de la FIFA e instó a votar por el candidato opositor a Blatter”, explica el periodista Enrique Sacco, autor de Mucho más que fútbol.
La FIFA también se vio inmersa en el conflicto palestino-israelí. La Federación Palestina de Fútbol insistió hasta último momento –y luego retiró el pedido– en proponer una votación para excluir a Israel como integrante del ente futbolístico porque afirma que a los jugadores palestinos se les impide cruzar libremente la frontera entre Israel y los territorios palestinos, lo que dificulta la competencia. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró: “Si la FIFA intenta dañar a Israel, esto implicará la destrucción de todo el sistema mundial de fútbol”. En 2011, el ex vicepresidente de la FIFA Jack Warner culpó al sionismo por las circunstancias que lo llevaron a él y al ex titular de la Confederación Asiática de
Fútbol, Mohammed bin Hammam, a alejarse del mundo de la pelota.