En el living de la casa y en el negocio no hay ningún póster gigante de su nieto, sí alguna foto que, igualmente, no ocupa un lugar especial. Tampoco hay muchas fotos familiares o al menos no se distinguen a simple vista. Pero en el barrio todos saben que ellos son doña Rosa y don Eusebio, los abuelos paternos de Lionel Messi. Y los aprecian con un cariño especial, como si fuera una prolongación del orgullo que en los vecinos del barrio Las Heras produce el pertenecer a la cuna donde el crack argentino nació y se crió. En varias de las paredes de esa zona periférica de Rosario, disputan su espacio pintadas que tributan a dos glorias que trascendieron la ciudad: Leo y Alberto Olmedo.
Una señora vestida de riguroso negro que dice vivir en el barrio desde hace cincuenta años y que se dirige presurosa por calle 1º de Mayo a tomar el colectivo señala la casa familiar que todavía conservan los Messi, los padres del jugador. Allí transcurrió la historia familiar y podría convertirse en un centro de referencia turística si prospera una propuesta gubernamental. En esa zona del barrio las calles son más angostas de lo habitual, al punto que los vecinos estacionan sus autos con dos ruedas sobre las veredas para no bloquear la circulación. En Las Heras todavía viven los amigos a quienes Messi visita religiosamente cada vez que regresa a Rosario para disfrutar de unas vacaciones que son siempre fugaces. Y por supuesto están sus abuelos, doña Rosa María y don Eusebio Messi Baró.