DEPORTES
LA OTRA CARA DE LOS JUEGOS OLMPICOS

Los motivos del fracaso de Georgina Bardach

Llegó última, con tiempos casi indignos de su categoría, en los 200 y 400 metros medley. La explicación de esos resultados está lejos de la pileta.

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| AFP

"Por fin terminó este suplicio para mí", sentenció la nadadora cordobesa Georgina Bardach tras quedar eliminada en los Juegos Olímpicos Beijing 2008, en los que la principal esperanza argentina en natación cosechó sólo fracasos. Fue el final de cuatro años cargados de problemas profesionales y personales que comenzaron tras su inesperada coronación en los 400 metros combinados en Atenas 2004, donde se llevó el bronce y su figura fue catapultada a la categoría de estrella nacional por parte del periodismo deportivo exitista.

Lo cierto es que Georgina cumplió su sueño en Atenas hace cuatro años y ahora le era dificil motivarse. "Lo que soñó siempre fue hacer una final olímpica, de repente encontrarse con una medalla fue mucha presión", explicó a Pefil.com Jorge Bardach, padre de Gerogina, quien aseguró que la deportista "andaba con problemitas y hace rato que no venía haciendo buenas marcas".

Su padre agregó que tras la obtención de la medalla de bronce en Atenas 2004, una presea tan invaluable como inesperada para ella, "se le vino una avalancha de presión, hay algo que la estaba trabando y hace tres años quiso dejar de nadar, y después hace dos años también", aseguró. "Yo pienso que estos Juegos Olímpicos se los quería sacar de encima", reflexionó y confió en que esto le va a "servir para madurar y aprender que se gana y se pierde".

Problemas personales. Georgina también estaba golpeada en el plano emocional al desembarcar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. La nadadora vinculó su bajo rendimiento a problemas personales, que no quiso especificarlos para "no poner excusas". Sin embargo, lo cierto es que la ruptura con su novio, el voleibolista argentino Leandro Concina, con quien convivía, golpeó a la cordobesa.

Hace cuatro meses, junto a su novio, dio una entrevista en que la felicidad se le notaba en los ojos, aunque admitía que la presión era difícil de sostener y por eso había recurrido a la psicóloga del CENARD (Patricia Whigtman), dijo que tenía que "disfrutar" los Juegos Olímpicos. Pero era otra Georgina, más llena de vitalidad y con una sonrisa en el rostro.

"¿Georgina se peleó con su novio, esos son los problemas personales?", preguntó Perfil.com. "Sí, se peleó con su novio, pero eso no influyó en su rendimiento, ella venía nadando debajo de su nivel hace tiempo, por eso se mudó a Buenos Aires", donde también sufrió el desarraigo pero conoció a Concina y se enamoró.

¿Por qué la joven promesa de la natación argentina no pudo repetir el bronce o lograr el ansiado oro? La respuesta no es difícil: porque además de ser deportista, es un ser humano, que vive y tiene problemas como todos. Hoy, tras dar su última brazada en el Centro Acuático de Beijing, afirmó "fue el cierre del peor año de mi carrera". Se sacó un peso de encima y ya piensa en Londres 2012, sin tanta presión sobre su espalda.