El Sindicato de Jugadores de la NBA demandó a la Liga por “prácticas laborales injustas”. Es que los deportistas norteamericanos están indignados porque les cambiaron las pelotas de piel usuales por unas de microfibras. Además, no están de acuerdo con los castigos monetarios que sufren constantemente por la llamada política de “tolerancia cero”.
La demanda gremial fue presentada ayer por la tarde ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales. La queja más fuerte por parte de los jugadores está relacionada con las multas que deben abonar por las faltas técnicas que den en un partido.
Algunos de ellos sostienen que hasta el más mínimo roce se está convirtiendo en un castigo. “Haces una falta técnica y sueltas dinero. Esto es básquetbol y nosotros no somos robots”, se despachó Jerry Stackhouse, el suplente de los Dallas Mavericks.
Las flamantes reglas de juego indican que los jugadores deberán ser multados –con cien dólares– cada vez que cometan una falta entre las primeras cinco técnicas. Al traspasar esa cifra de fallas, el monto se incrementa a quinientos dólares hasta llegar a un top de2.500 por falta después de las dieciséis penalidades.
Después de las dieciséis, cada falta será computada como un partido que no jugará el amonestado y del que tampoco gozará de su habitual salario.
Con relación a la pelota en sí misma, las quejas llegan desde talentosos representantes de las estrellas del básquet –como Jason Kidd y Steve Nash– hasta goleadores como LeBron James y Shaquille O’Neal, que criticaron la manera en que el balón pica en la cancha y rebota en el aro.
Además, la Unión de Jugadores se queja de que los cambios hayan sido implementados sin que los deportistas fueran consultados, lo que de por sí, violaría los términos del contrato colectivo de trabajo firmado hace dos años.