El partido con Georgia no debe ser puesto como parámetro, y debe ubicárselo dentro del contexto que lo merece. Fue un encuentro entre dos seleccionados con diferentes aspiraciones. Por un lado Los Pumas debían conseguir un solo punto para meterse en cuartos, y por el otro, los europeos no peleaban por nada, y por eso podían jugar sin ningún libreto.
Durante los ochenta minutos no se pudo ver una buena presentación de los argentinos, que en cuanto a lo estrictamente deportivo, en los últimos dos partidos dejaron muchas cosas en el debe, y pocas en el haber. Es valiosa la aclaración, refiriéndose a lo deportivo, porque en lo anímico y numérico los dos partidos fueron perfectos, sendas victorias y la clasificación en mano.
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