Sean sinceros, en esta oportunidad, como pocas veces, puedo decirlo en tercera persona porque soy un gran admirador, de siempre, de sus condiciones futbolísticas. Cuántas veces dijeron o escucharon: “Palermo es un burro”, “tiene los pies redondos”, “es de madera”, “es horrible”, ”no se puede mover es una estatua” o directamente: “Es un milagro”. Salvo ésta última descripción que intenta ser agresiva pero de rebote (a lo Palermo) termina siendo acertada a partir de sus logros, las demás han ido quedando en desuso a partir de la contundencia de los hechos, o de los goles, bah…