Mas que un triunfo, un desahogo

No hay una explicación racional para tratar de entender a Independiente. Se podría especular con que la salida de Jorge Almirón descomprimió y que ahora el clima interno está más relajado. Se podría apelar a alguna cuestión mística y decir que se necesitaba un cambio para cortar una racha negativa. También se podría ser malpensado y mirar de reojo a los jugadores, como tantas veces ocurre. Pero en realidad nada de eso explica el triunfo ante Tigre.
Si se compara el equipo que ganó anoche con el que apenas sacó cinco puntos en los últimos siete partidos, no se encontrarían grandes diferencias. Los nombres son prácticamente los mismos. El entrenador interino, Fernando Berón, solo puso su sello con el ingreso del juvenil Julián Vitale. El resto son los que habitualmente jugaban con Almirón. El esquema también fue similar. ¿Por qué, entonces, Independiente pudo ganar después de tanto? No hay respuesta.
Durante el ciclo Almirón el equipo dejaba la misma sensación: merecía más. Tenía la pelota y la ambición, pero no lastimaba. Y las pocas situaciones que generaba no las concretaba. Ocurrió contra San Lorenzo, Banfield y Boca. Buenos intentos y frustración. Anoche, Albertengo tuvo una y la pelota terminó adentro.
Una vez que la maldición se rompió, solo quedó aguantar. Tigre intentó, buscó el puntito salvador. Nada de irse de Avellaneda con las manos vacías. E Independiente se retrasó, por esa ley no escrita que empuja unos metros a los equipos que van ganando. Entonces apareció el Ruso Rodríguez para salvar una vez, apareció la ineficacia de los delanteros de Tigre y apareció el destino que esta vez señaló a las casacas rojas.
Sobre el final, cuando en la Doble Visera se contaban hasta los segundos que faltaban, Pisano se perdió de manera insólita la posibilidad de cerrar el partido con una diferencia mayor. Tampoco importó demasiado. El 1-0 fue más que suficiente. Independiente volvió al triunfo después de aquel 4-0 contra Arsenal en la sexta fecha. Y eso se celebra. Aunque no tenga una explicación racional, aunque se escape de toda lógica.